Fútbol-playa. Qué pesadilla. Esas rayas blancas y negras saben a aceite de ricino. Hasta Metzelder acabó de capitán. Señal inequívoca de que no fue una buena noche. Encima el checo Grygera hizo una entrada criminal a Cristiano que mereció tres rojas. Porca miseria. El Madrid perdió el combate con la irreductible Juve en un ring de fútbol-playa. Como si fuese un homenaje a esos miles de madridistas que están desperdigados por las maravillosas costas españolas, el primer partido de Champions de la temporada nos chafó el sueño de ver un juego fluido, de toque y de tiralíneas por culpa de esa arena que el Sevilla, en defensa de sus derechos alejados de los de la Peace Cup, sembró en busca de la alfombra verde que debe acompañar esta temporada al equipo de Manolo Jiménez. Pero aún así, el Madrid dejó buenas sensaciones. El Pirata Granero hizo de Amarelle (la estrella española del fútbol-playa) pero la Juve acabó sacando petróleo para tristeza de los miles de vikingos andaluces que llenaron más de la mitad del aforo del Pizjuán. Mis amigos de la Peña La Primera de Sevilla lideraron el apoyo entusiasta al equipo que este verano les ha hecho recuperar la ilusión. Este Madrid, aunque pierda, seduce. En dos meses enamorará
Fabio, grande. Cannavaro ha sido siempre un caballero y me supo mal el día que le dijeron arriverderci. Al fichar por la Juve tuvo que aguantar insultos y amenazas de los tifosi, que lo consideran un traidor por haberse ido al Madrid tras el descenso a la Serie B por el Moggi-gate. Pero Cannavaro sabe tragar saliva y responder en el campo. Ama al Madrid, aunque eso no evitó que abriese la lata con un gol de pillo. El 1-2 de Salihamidzic también fue a balón parado. Pellegrini tiene trabajo esta próxima semana en Valdebebas. Defendiendo los córners y las faltas, el Madrid parece el Bollullos del Condado. ¡Organización!
Dudek, paquete. Nunca entendí la renovación del polaco. Buen tipo y hace vestuario, pero el Madrid no es una ONG. A sus 36 años está para jugar partidos de solteros contra casados. Se comió tres del Real Unión echando al Madrid de la última Copa del Rey y ayer parecía transparente. Le cabecean a cuatro metros y se queda estático como si fuese una estatua de sal. Casillas, ¡vuelve ya!
Dinamita arriba. Lo que no se puede discutir es que este Madrid arriba da miedo. Benzema, Cristiano y Raúl fueron un tormento para Buffon, que tuvo intervenciones prodigiosas. Magnífico el francés en intenciones y actitud, notable el portugués con sus bicicletas (que siempre fueron para el verano) y sobresaliente Raúl. El eterno capitán firmó un hat-trick en el Pizjuán hace tres meses y anoche provocó un penalti, envió un tiro al poste y dio mucho trabajo a su amigo Cannavaro. Y faltaban Kaká y Van Nistelrooy, con Higuaín y Negredo en el banquillo. El gol no es el problema
Falta Xabi. Soy uno más de los miles de pesados que insistimos en que a esta plantilla le falta la guinda de lujo personificada en el conductor de juego del Liverpool. Ayer me lo recordaban mis amigos del restaurante Ropiti, en el paraíso de Zahara de los Atunes. "Roncero, convence a Florentino para que traiga a Xabi Alonso. Con él seremos invencibles". Como el morrillo de atún es muy fuerte para estómagos imberbes, luego fuimos con mi niño a la Pizzería La Piedra. Hable con los camareros y más de lo mismo. En la carta me pareció ver que había pizza Alonso con alcaparras. ¡Qué obsesión!
