Los padres de Villa: "Sólo queremos lo mejor para David"

Dori, la madre de Villa, pasea por Tuilla ajena al hecho de que su hijo es uno de los futbolistas más cotizados. La calle de su casa está llena de gente, todos familiares del futbolista (tíos, primos, sobrinos...). Nada ha cambiado en sus vidas. El mismo pueblo, la misma casa y costumbres... Por mantenerse fieles a sus orígenes tienen el respeto de todos sus paisanos.

El padre de Villa no fue a Suráfrica (siempre viaja con su hijo) por consejo de seguridad de la FIFA. La madre se niega a que le hagan fotografías. Tampoco quiere hacer declaraciones, pero basta un "sólo queremos lo mejor para nuestro hijo" para entender que no están en un buen momento. "Mi hijo siempre ha sido fiel a los clubes. No se merece pasarlo mal". Sólo podemos saber que el deseo de Villa, a un mes de que nazca su segundo hijo, es no ir al extranjero. Dori (de Valladolid) llegó a Tuilla porque su padre encontró trabajo en las minas. Conoció a Mel y el resto es historia, la de un crack del fútbol. Pero hasta que eso llegó la vida de la familia fue difícil, como la de los mineros de la zona. Lo suficiente como para inculcarle a su hijo el espíritu de sacrificio y la humildad que le han hecho triunfar.

Accidente. Villa creció con el miedo a los derrumbes de ver que algunos padres de sus amigos se dejaron la vida trabajando bajo tierra. Los pozos siguen produciendo como entonces, 24 horas en tres turnos, a 600 metros de profundidad, con sueldos no acordes al esfuerzo. El propio Mel, picador, se vio envuelto en uno de los graves accidentes que hubo en los pozos y se prejubiló. Con la espalda maltrecha, se dedicó por entero a su hijo.