El Guaje de África

Dinamita roja. Villa fue un león en la tierra de los guepardos. Con una batería de iraquíes atrincherados en torno a su porterazo Kassid, el cañonero de Tuilla se levantó entre las torres del campeón de Asia para conectar un cabezazo recomendable en los próximos cursos de verano. Salto equilibrado, suspensión en el aire desafiando la ley de la gravedad, giro de cuello aerodinámico y testarazo medido junto al palo para firmar el paso a las semifinales: 1-0. Sin brillo, pero con una eficacia digna de un ejecutivo de Wall Street. España no tuvo tiqui-taca (sin Iniesta y con Cesc y Silva en el banquillo es muy difícil), pero mantuvo ese equilibrio mental y futbolístico que la ha convertido en un rival inabordable. Catorce triunfos consecutivos, 34 partidos sin perder, 71 goles a favor, sólo 11 en contra... Tanto bueno empacha, pero ojalá no nos despertemos de este sueño.

Me haré africano. La FIFA tuvo a bien abrir las puertas del Free State de Bloemfontein y dio gusto ver a más de 30.000 surafricanos bailando y cantando como si el tedioso espectáculo del España-Irak no fuera con ellos. Los ves saltar, danzar y sonreír y te dices, "¿pero de qué nos quejamos en Occidente?". Ellos saben disfrutar con lo que tienen y su actitud es tan digna que sólo por eso merecen organizar el Mundial de 2010. Memorias de África.

Bora, un genio. Muchos consideraban que Irak sería una versión abigotada de la tierna Nueva Zelanda en el debut del plácido domingo (5-0). Pero al ver que les entrenaba Bora Milutinovic, me entró un pequeño escalofrío. Este serbio políglota (seis idiomas) y viajero sabe más que el Lepe. Pocos pueden presumir de haber metido a una selección de corte menor en la segunda fase de un Mundial (México, Costa Rica, Estados Unidos y Nigeria), aparte de haber dejado su catecismo futbolístico en China, Honduras y Jamaica. Willy Fog se hizo entrenador. Los españoles no olvidamos la 13-14 que nos hizo Milutinovic en Nantes en el arranque del Mundial de Francia 98. ¿Recuerdan el autogol de Zubizarreta y a Iván Campo jugando de 'dos' por ocurrencia de Clemente? Por suerte, esta España ha crecido en todo. Ética y estética. Y ahí está el premio. Favoritos y ganadores.

El reproche. Como la perfección no existe, sólo un reproche. El australiano Matthew Breeze, el mismo que nos aclaró que las zamoranas no son lo mismo que hacer el egipcio, amonestó a Xabi Alonso y a Marchena por dos acciones duras e innecesarias. La Roja debe dar ejemplo en todo. Jugar como los ángeles (ya lo hace) y defender con nobleza y sin necesidad de amedrentar a unos iraquíes que llevan seis años jugando en el destierro. Buena gente.