Noventa minutos después todo sigue igual. Alcorcón y Real Unión empataron sin goles en Santo Domingo. Quizá fueron los nervios. O puede que el miedo de perder las esperanzas demasiado pronto. Pero lo que se vio ayer en Alcorcón fueron dos equipos más preocupados por no encajar goles que por ganar.

El Alcorcón salió con demasiadas dudas. Los alfareros no conseguían trenzar jugadas ante la presión del Real Unión que convertía cada balón que robaba en una amenaza. Los amarillos buscaban un juego que no funcionaba. Balones largos a Cristian para que éste los peleara. Pero el pequeño delantero cántabro no es el gigantón David Sanz.

Actitud.

Anquela arengó a los suyos en el descanso y los amarillos salieron con otra actitud. Adelantaron las líneas y presionaron la salida del balón. Así el Alcorcón empezó a acercarse a la portería rival. Mientras los de Alonso aprovechaban cada balón que les llegaba para salir rápido a la contra y meter el miedo en las gradas. Los cambios dieron más frescura a los amarillos. Y tuvieron tres ocasiones para adelantarse. Primero fue un remate de Rubén Sanz que, sólo en el área pequeña, mando a la cepa del poste. Después una gran jugada de Isma que recogió el esférico en la frontal de su área y llegó con el hasta la otra. Pasó al hueco para Mauri que centró, pero no tenían suerte y Víctor Pérez la mandó alta. Y en el descuento de nuevo Isma intentó un regate en el área y cayó. Penalti muy dudoso que el árbitro no señaló.

Las tablas dejan todo en el aire. El Gal dictará sentencia.