En ocasiones a los hijos les entra una rebeldía natural que les hace llevar la contraria a los padres. Por eso, quizá, Borja González (Madrid, 15-08-92) desoyó a sus genes de guardameta heredados de su padre y se encomendó al gol, convirtiéndose en delantero. Miguel González Bastón, su padre, fue un portero criado en las categorías inferiores del Atlético y que desempeñó la parte más importante de su carrera en el Burgos.

Ahora la saga Bastón se ve prolongada con Borja: un joven punta que tiene grabada esa llama misteriosa que hace que algunos jugadores conviertan en gol todo lo que tocan. Lleva demostrando su facilidad de cara al arco rival desde chiquitito. En su primera temporada en el Atlético (la 2003-04 como alevín) vio puerta 61 veces en 29 partidos y en su último año de cadete convirtió 50 en los mismos choques. En las categorías inferiores, antes de decir Borja, ya había marcado gol. Esta temporada se ha proclamado campeón Juvenil del grupo 5 formando una dupla letal con Pacheco: marcó 22 goles y el argentino 20. Así, Borja ha demostrado que él no para balones como su padre, prefiere no parar de meter goles.