Gimnástic y Alavés empataron (1-1) en un mal partido en el que los locales, a base de pundonor en los minutos finales, equilibraron la balanza y acabaron con las aspiraciones de los de Javi López de acercarse un poco más a la permanencia.

En el arranque del partido, por lo que se vio sobre el terreno de juego, no dio la sensación de que el Alavés se estuviera jugando la vida y fue el Nàstic el que marcó el tempo del encuentro.

El Alavés prácticamente desapareció y dejó toda la iniciativa a los locales, que se mostraban muy superiores, con un N''Gal bastante activo y que siempre buscaba con peligro la portería contraria, aunque en ningún caso hubo ocasiones claras de gol.

Los vitorianos sólo lo intentaron a balón parado y sin demasiado éxito, aunque en los últimos minutos del primer tiempo apretaron un poco más, pero sin crear peligro real. Con este panorama, y con la bronca del público a los suyos por el espectáculo exhibido, se llegó al descanso.

La segunda mitad se inició con una dinámica similar, por lo que volvieron los silbidos. Fue Jordi Alba el que hizo arrancar los primeros aplausos, cuando se plantó ante Bernardo y envió el balón al cuerpo del meta. Después lo intentó Tortolero, de cabeza, tras un centro desde la derecha, desviado.

La sorpresa llegó a los veinte minutos de la reanudación, cuando Medina cometió un claro penalti sobre Javi Guerra que el tarraconense Edu Albácar se encargó de transformar (0-1).

Emilio obligó a lucirse a Rubén a los 33 minutos tras un imponente disparo, pero en la siguiente jugada, el Nàstic empató en una contra por medio de Moisés.

Con el empate, el Nàstic revivió y Moisés estuvo a punto de marcar el segundo en idéntica jugada.