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Liga BBVA | Valladolid 0 - Osasuna 0

Empeñados en no saber ganar

A Osasuna le faltó ambición. La crisis de los pucelanos se agudiza. Sólo Juanfran hizo trabajar a Asenjo. El punto, mejor para el Valladolid

<b>PELEADO.</b> En un partido sin muchas ocasiones, cada balón fue disputado con mucha intensidad.
PELEADO. En un partido sin muchas ocasiones, cada balón fue disputado con mucha intensidad.

Lo de Osasuna tiene más delito. Llegaba a Zorrilla muy necesitado y fue incapaz de dar la puntilla a un muerto andante como fue el Valladolid. Es difícil que los de Camacho se encuentren antes de terminar la Liga a un rival tan atascado e inofensivo como vienen siendo los de Mendilibar desde hace ya unas cuantas semanas. Sólo Juanfran demostró voluntad de querer ganar de verdad. Lo demás, todo mentira. Conformismo rojillo y especulación ante la impotencia de los de Mendilibar. Lo del Valladolid, lejos de comprenderse, puede tener la explicación de que con el empate de ayer puede estar virtualmente salvado. Pero lo de Osasuna no hay por donde cogerlo. Es probable que en las últimas jornadas, en las que debe de enfrentarse a los grandes para despedir la Liga y quizá jugarse la permanencia, pueda estarse acordando de los dos puntos que se dejó en la visita a Valladolid.

Mendilibar, escaldado tras la mala imagen dada en Mallorca, revolucionó a su equipo en la zona de ataque. Les otorgó la camiseta de titulares al bosnio Medunjanin, al brasileño Oldoni y al argentino Aguirre, tres hombres con los que casi no ha contado en todo el año. Víctor, se quedó en la grada, y Canobbio en el banquillo. Además, Baraja actuó de mediocentro tras tanta lesión. Conclusión: las cosas fueron a peor y el experimento resultó todo un fracaso. Oldoni, que parece algo cuando va de cabeza, pero que con los pies es una nulidad, demostró su falta de forma física y que apura en España sus últimos meses de estancia antes de volver por donde ha venido a Brasil. Hizo un remate de cabeza en el primer minuto y nada más. Acabó sustituido. Tan nulo estuvo Oldoni como lo estuvo Masoud, otro lastre para su equipo que tampoco terminó el partido. Sus sustitutos, Ogbeche, en el Valladolid y Portillo, en Osasuna, fueron otra nulidad. La calidad del encuentro brilló por su ausencia. Los bostezos fueron los grandes protagonistas en la grada. Y así, toda la tarde.

Era más entretenido observar como gesticulaban Camacho y Mendilibar en los banquillos. Ambos técnicos son puro nervio y no pararon quietos ni un minuto. Tuvieron más ritmo y dinamismo que algunos de sus jugadores en el terreno de juego.

Sólo Juanfran.

El extremo alicantino fue el único con las ideas claras. Puso en problemas a Marcos, su marcador, y obligo a Asenjo a realizar un paradón en el 40'. En los primeros compases llegó a colarse con peligro en el área local y en la segunda parte lanzó alto en el 61' y a puerta en el 79', salvando Marcos con la cabeza de forma arriesgada, por la potencia del disparo. Osasuna no ofreció más. La seguridad de Sergio en defensa, muy atento toda la tarde y alguna cosilla de Plasil. El resto, vulgaridad para seguir peleando por la permanencia hasta el final. Las bajas y el cansancio no pueden ser excusas para jugar tan feo y encorsetado.

Los locales estuvieron tímidos y como cansados. Pinceladas de Medunjanin jugando entre líneas, alguna colada de Aguirre por la derecha y la voluntad sin premio de Pedro León. Lo demás para olvidar. Muy plano en la creación y tembloroso en defensa. Al final, el Valladolid firmó el punto. Le deja casi salvado. Pero Mendilibar sabe que si sus jugadores no reaccionan pueden acabar sellando un final de Liga bastante más triste de lo que casi todo el mundo esperaba. La gran duda es saber si a los jugadores blanquivioletas se les está haciendo larga la temporada o, sencillamente, han tocado techo ya este año y piensan que el trabajo para el que se les contrató ya está terminado.

Pero la inoperancia local fue contagiosa y obliga a los de Camacho a seguir haciendo cuentas. Los 700 seguidores navarros que estuvieron en Zorrilla dieron por bueno el empate, pero se marcharon conscientes de que su equipo debió hacer más ante un rival que acumula cinco semanas sin marcar y que ha logrado sólo dos puntos de los últimos 18. También se fueron pensando si Asenjo hizo penalti a Sola en el 82'. No lo pareció y se reclamó sin convencimiento

700 seguidores de Osasuna estuvieron acompañando a su equipo en la visita a Valladolid. El comportamiento fue siempre correcto y no pararon de animar a sus jugadores, dando color al partido. Se marcharon satisfechos para casa por el empate.