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Liga de Campeones | Arsenal 3 - Villarreal 0

Los cañoneros hunden el submarino

El Arsenal consiguió el billete para las semifinales de la Liga de Campeones tras golear a un Villarreal que estuvo muy lento durante los noventa minutos. Las ocasiones y los goles fueron para los de Wenger, que se enfrentarán al Manchester United en la antesala de la soñada final de Roma. Eguren fue expulsado por doble amarilla. Walcott, Adebayor y Van Persie anotaron los tantos.

ABEL ROMERA
<strong>TRIUNFADORES.</strong> El Arsenal se cuela en las semifinales de la Liga de Campeones tras golear a un lento Villarreal en el Emirates Stadium.
TRIUNFADORES. El Arsenal se cuela en las semifinales de la Liga de Campeones tras golear a un lento Villarreal en el Emirates Stadium.Reuters

Panorama muy negro el que tenía el Villarreal en su visita al Emirates Stadium para disputar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Arsenal. Los de Pellegrini tenían todo en contra: resultado desfavorable, las bajas sensibles de Cazorla y Senna y la condición de favorito de su rival, además de su mayor fortaleza física. A favor, pocas cosas, la debilidad defensiva del conjunto inglés, el precedente de haber conseguido el pase en la ronda anterior con idéntico resultado en la ida, el apoyo de 1.200 seguidores desplazados a Londres para empujar a los suyos hacia las semifinales y la esperanza de contar con la mejor versión del italiano Rossi. Bruno, Pires y Matías Fernández eran las tres novedades en la alineación inicial del submarino respecto a la presentada en El Madrigal en la ida.

La salida en tromba del Arsenal sorprendió a un Villarreal despitado y mal colocado sobre el terreno de juego. Sin apenas tiempo para sentarse en sus asientos, los aficionados de los "gunners" vieron como dos ocasiones consecutivas de Van Persie estuvieron cerca de inaugurar el marcador. El estilo de los de Pellegrini no se correspondía con lo que se podía ver sobre el césped. El equipo español no disponía del balón, a pesar de contar con cinco centrocampistas colocados por su técnico, precisamente, con esa intención. Tras el miedo que imprimía el conjunto inglés cada vez que se acercaba a las inmediaciones del área de Diego López, el Villarreal comenzó a adelantar sus líneas, pero el remedio fue peor que la enfermedad. Un destello de calidad de Cesc en forma de taconazo burló al centro del campo y la zaga castellonense para que Walcott abriera la lata con una espléndida vaselina sobre Diego López.

Dos ocasiónes de Godín, una parada por Fabianski y otra que se perdió por encima del larguero, fue el único bagaje en ataque de los visitantes en la primera mitad del encuentro. Mientras tanto, Adebayor y compañía seguían merodeando por el área rival con cierto peligro cada vez que decidían probar suerte. Poco a poco el Villarreal se fue metiendo en el partido y logró advertir a su rival que, además de atacar, también tenían que defender. Los de Pellegrini comenzaron a tener la pelota y a acercarse al marco contrario, aunque sin ocasiones reseñables de peligro. Eso era tarea de los de Wenger, que pudieron ampliar su ventaja tras un remate de Adebayor que sacó Gonzalo en la misma línea de gol.

El Villarreal no supo aprovechar el desorden defensivo del Arsenal, que se limitaba a acumular hombres en la frontal del área en cada ataque español. Tampoco fue capaz de hacerse con la llave maestra de la eliminatoria, que no era otra que el control del esférico, sin el que el Arsenal quedaba reducido a un equipo lento y timorato ante las intenciones de su contrario, lo que intentaba y lograba compensar con pura fuerza física. En los últimos minutos del primer asalto la balanza se equilibró y el gol podía caer para cualquiera de los dos equipos. Las imprecisiones en la medular y en el ataque y la falta de posesión condenaron al submarino a jugárselo todo en los últimos cuarenta y cinco minutos de la eliminatoria, y eso ante un conjunto como el Arsenal es un cara o cruz.

Cuestión de velocidad

Tras la reanudación, la tónica siguió siendo la misma. Ambos equipos querían el balón para seguir siendo fieles a su estilo de juego, el fútbol de toque. La diferencia entre uno y otro radicaba en la rapidez a la hora de hacer circular el balón. El Villarreal tocaba mucho cuando tenía el balón en sus pies, pero con una lentitud asombrosa, mientras que el Arsenal tan sólo necesitaba cuatro toques para desplazarse de un área a otra, lo que les otorgaba más llegadas a la portería rival y, por tanto, más ocasiones y posibilidades de hacer el segundo y sentenciar el pase a semifinales. La presión que ejercían los jugadores del conjunto inglés sobre todas las líneas del submarino agrababa aún más la lentitud en el juego del conjunto de El Madrigal.

El comienzo del fin para el Villarreal fue, precisamente, en una jugada de las mencionadas anteriormente. Al cuarto de hora del segundo acto los "gunners" dibujaron una jugada perfecta con cinco toques de balón que acabó en los pies de Adebayor y que, ayudado por un excelente control orientado y el despiste descomunal de Gonzalo, significó el segundo tanto de los de Wenger y la sentencia de la eliminatoria. Adebayor, que vivió casi todo el encuentro en permanente estado de fuera de juego, aparecía por primera vez y marcaba. Los acontecimientos se precipitaban y Pellegrini comenzó a mover fichas. Ibagaza y Nihat entraron en lugar de Matías Fernández y Bruno, respectivamente.

Pero lo peor estaba por llegar. A falta de veinte minutos para la conclusión, el sueño europeo del conjunto español saltó en mil pedazos tras un dudoso penalti señalado por uno de los asistentes de Wolfgang Stark y que significó el tercero de los locales, con la firma de Van Persie. Eguren perdió los nervios al protestar la acción del penalti de Godín sobre Walcott y se marchó a los vestuarios antes de tiempo por doble amarilla. Panorama desolador para el Villarreal: el 3-0 le obligaba a marcar tres goles en los últimos veinte minutos con el hándicap de la inferioridad numérica. La conclusión era clara, el Villarreal se despedía de la Champions en cuartos de final ante un equipo que fue superior en el global de la eliminatoria, y no sólo en el resultado.

Los últimos minutos se consumieron con un desangelado Villarreal que ansiaba el pitido final ante un Arsenal que, lógicamente, bajó el ritmo de juego, pero no renunció en ningún momento a lograr el cuarto para aumentar la fiesta que se había instalado en las abarrotadas gradas del Emirates Stadium.

El Villarreal quedó eliminado de la Liga de Campeones y debe centrar todos sus esfuerzos en la Liga para lograr el cuarto puesto y volver a la máxima competición continental el próximo año. El Manchester United, que venció 0-1 al Oporto, será el rival del Arsenal en unas semifinales en las que, por segundo año consecutivo, vuelve a tener tres participantes británicos.