El Girona ya sabe lo que es perder en 2009

Cinco minutos fueron los que necesitó la Real para romper la maraña defensiva con la que el Girona se había plantado en Anoeta. Primero, una gran jugada personal Xabi Prieto. Pisa línea de fondo, centra al punto de penalti, Serra despeja y el rechace le cae a Aranburu, que cruza a la primera. Y después, Sergio botó una falta que se coló por la escuadra de Ponzo.

Sólo eso fue suficiente para que los txuri-urdin rompieran el atasco gerundense, porque no hicieron mucho más y hasta entonces no había tirado todavía ni una sola vez entre los tres palos. Si el fútbol es eficacia, la Real lo volvió a bordar ayer. Para desesperación del Girona, pese a que durante casi una hora Agné le ganase bien la partida a Lillo. Su idea de meter un trivote para ahogar las líneas de creación realista para salir rápido a la contra iba camino de ser un acierto.

Y eso es tan loable como criticable. Porque si bien sirvió para anular el ataque de los donostiarras, a los que obligó a jugar a ráfagas y siempre acabando en las bandas con centros que tuvieron escaso peligro, hasta el punto de que la ocasión más clara de la primera mitad corrió a cargo de los gerundenses. Hubiera sido gol de no ser porque la Real tiene al 'zamora' de la categoría, el omnipresente Bravo, que sacó una mano de escándalo. Pero tanta preocupación defensiva acabó por pasarle factura, al desaparecer el resto del encuentro la elaboración de juego. Y eso se paga. En este caso con dos goles de la Real. El tanto de Aranburu mandó al traste la idea del Girona.

Agné "Perdimos por culpa de un error"

Perdimos por culpa de un error nuestro en la jugada del primer gol. No supimos defender bien esa situación en el rechace y nos marcaron. A partir de ahí, no supimos jugar como queríamos, pero aún así tuvimos alguna oportunidad clara. Estoy satisfecho con el trabajo de los jugadores, porque dominamos a la Real durante una hora, tuvimos mejores ocasiones".

Lillo "El primer gol rompió el duelo"

A mí me sorprendió que para el minuto 11 ya habíamos tenido dos ocasiones. No esperaba un inicio tan movido, por cómo suelen replegarse ellos. Pero nosotros solitos, sin ayuda de nadie, metimos el partido en situaciones que no nos favorecían, porque no supimos hacer valer la superioridad que nos daba jugar con tres defensas. Luego, el gol rompió el partido".