Ni está lesionado ni se le espera por la enfermería. Es más: Carlos Kameni no tiene ni la más mínima intención de hablar con el doctor Ignacio Sitges para solucionar el malentendido, lapsus linguae, o lo que le haya llevado a ambos a pasar por la sala de prensa de Sant Adrià en los dos últimos días. Sitges había dicho el martes que estaba jugando con "molestias tolerables" desde el golpe que sufrió ante el Recreativo (1 de febrero).

Kameni, con el preparador físico Feliciano Di Blasi de carabina junto a los periodistas, ni dejó lugar a la duda: "Estoy bien. Es verdad que tuve un problema pero luego jugué con Camerún y todos los partidos. No tengo nada". Acerca de la muslera que lució el domingo. "Sólo me la puse porque me sentía un poco inseguro. Hay porteros que se vendan las muñecas...", dijo. El portero no tiene ninguna intención de renunciar a concentrarse con Camerún la próxima semana.

Otra incógnita: Sitges no desveló que Kameni debe pasar limpiarse en los próximos días una herida que tiene en el empeine de su pie izquierdo. En diciembre se le rompió un vaso en el pie y se le incrsutaron pequeños trozos de cristal.

La presencia de Di Blasi al lado de Kameni abre un nuevo frente, que ya era motivo de rumor en los corrillos del club. Si el tándem Pochettino-Di Blasi sigue en el club la próxima temporada, Sitges tiene todos los números para dejar ser ser médico del primer equipo.