LIGA BBVA | VALENCIA 1 - RECREATIVO 1
Pablo Hernández salva de la quema al Valencia
El jugador castellonense salió del banquillo para hacer el empate ante un Recreativo de Huelva peligroso en sus contragolpes. El Valencia consigue un punto que les deja a dos de la UEFA en el aniversario 90 del club che.
A las puertas de fallas y con noventa años de antigüedad, la noche en Valencia pudo acabar en traca. El club che lleva dos meses naufragando por la Liga y ya no tiene opción de sustentar la temporada en la UEFA. El año pasado estuvo coqueteando con el descenso pero finalmente cerraron las heridas con la Copa del Rey. Sin apósitos para salir al quite, los valencianistas debían hacer los deberes en casa para, entrar entre los seis primeros de la tabla. La tarea no iba a ser fácil porque delante estaba el Decano de la Liga española con un ataque hambriento. En Camuñas y Colunga se pusieron las miradas del equipo local desde el principio. Pero los ojos de los aficionados se centraron en sus propios jugadores para juzgar la derrota liguera ante el Numancia con pitos.
Sin Villa en el equipo por lesión (pichichi nacional con 19 goles), Emery sorprendió con Mata en la punta de lanza y dejó a Morientes en el banco para apostar, a priori, por un ataque con mayor movilidad junto a Silva y Vicente en las bandas. La apuesta no cuajó y Emery tuvo que recurrir a Pablo Hernández y al de Sonseca para empatar un partido que se le puso cuesta arriba tras el lío entre Alexis y Cesar que aprovechó Camuñas para poner los nervios en Mestalla en un partido duro en el medio del campo pero sin salidas a las bandas.
Los primeros minutos sirvieron para que el Valencia buscara la reconciliación con su afición y apagar los silbidos con un juego intenso y físico en el centro del campo para distribuir el cuero por las bandas y buscar el apoyo de Mata. Éste fue el primero en disponer de una ocasión clara que desbarató ante el cancerbero del Recreativo. Un buen pase de Marchena fue a parar a las botas del ex canterano madridista pero la pelota se cruzó demasiado.
Pero la mecha de los valencianistas no duró más del primer cuarto de hora, tiempo que tardó el equipo de Alcaraz en estabilizarse y llevar el partido hacia su posición. Hacer una buena presión para contragolpear rápidamente con Colunga. De los pies del asturiano nació una gran jugada personal para disparar a la madera y gracias a él renacieron los nervios en las gradas valencianistas que atisbaron la misma película del último mes. Había que espabilar e incrementar el ritmo si el Valencia no quería convertirse en un ninot y quemarse en su propia casa.
Aún así, el Recreativo de Huelva tampoco estaba desplegando un manual de fútbol en Mestalla, los andaluces con jugar menos atenazados y mostrar mayor contundencia en el centro les bastaba para ser los protagonistas del guión. De hecho, el Decano llegaba a la puerta de César a base de saques de esquina pero sin materializar ni llevar peligro en el arco, por eso llevan más de un año sin hacer gol de córner...
Y en el equipo local nada, por no salir no salían ni las más fáciles de las paredes. Edu estaba en el campo porque lo ponía serigrafiado en la camiseta 22 y Mata estaba aislado en su nueva posición. La pelota quemaba en algunas botas del Valencia y Silva fue el único jugador en coger el esférico al filo del descanso para darle una salida coherente a la otra banda para que Vicente centrara y Mata rematara a la izquierda de Riesgo. Sin alarde de buen juego, Velasco Carballo mandó a los 22 futbolistas al vestuario para que los entrenadores replantearan de nuevo el partido en busca de un revulsivo.
El de Emery se erigió en Baraja, que tras perder el balón del saque inicial, el pucelano se desquitó con un pase de tiralíneas y dejó a Vicente mano a mano pero el extremo no supo deshacerse del cancerbero. Poco a poco las cabezas visibles del Valencia parecían desperezarse y cuando mejor estaba plantado el Valencia sobre el césped, apareció la Doble C para petardear Mestalla. Una buena pared entre Colunga y Camuñas, acabó enredando a Alexis y César y el balón entró llorando en la meta valencianista, arrojando un jarro de agua fría sobre el equipo che.
La reacción debía llegar rápidamente porque la paciencia en la grada estaba bajo mínimos y porque al Recreativo le va muy bien este tipo de partidos de ida y vuelta, donde los andaluces se sientes más cómodos. La primera decisión de Emery fue sustituir a Baraja para dar entrada a Pablo Hernández. El cambio, por lo menos, no paerecía restar durante los primeros minutos, ya sólo faltaba un nueve para echar el órdago definitivo. Antes, el de Fuenterrabía confió en el joven Míchel para hacer el trabajo de Edu.
Los cambios lavan la cara del Valencia
Las sustituciones aportaron más electricidad en el Valencia y todo pintaba al empate. Aunque el balón no quería entrar, los valencianistas ya hacían méritos suficientes para igualar la contienda. Entonces volvieron a crecer los enanos sobre el césped de Mestalla gracias a Marchena, que de nuevo volvió a ser la nota negativa de su equipo al irse a la ducha ante de tiempo por doble amarilla. No quedaba otra que ir a por la igualada a la desesperada y a falta de quince minutos para el final, Fernando Morientes salió para poner contundencia en el ataque.
Con el de Sonseca en el campo y con uno menos, la reacción llegó con una genialidad de Pablo Hernández, que bien pudo recompensar el precio de la entrada. Una sutil vaselina del futbolista formado en las categorías inferiores del Castellón dejó sentado a Riesgo a falta de siete minutos para el final. Los últimos minutos fueron un acoso del Valencia que bien pudo dar la vuelta al partido con dos lanzamientos del Moro. Finalmente el partido se cerró con tablas, que de poco sirve a los de Emery, que se quedan a dos puntos de la UEFA, a expensas de lo que hagan mañana sus rivales. Y al Recreativo le aleja un poco más de la zona caliente de la tabla con 30 puntos.