Copa del Rey | Sevilla
La Copa reabre otra crisis en el proyecto
El club, molesto con los jugadores. Jiménez vuelve a perder crédito.
El palo ha sido de los gordos. Mucho más duro que lo de la UEFA", susurraba en pleno proceso de reflexión una fuente del club. La eliminación copera y, sobre todo, la imagen del equipo reabren otro periodo de crisis en el actual proyecto. El tropiezo ante la Sampdoria, los pañuelos desplegados en el encuentro con Osasuna, la previa al duelo con el Depor, el puyazo del Betis y el horror de San Mamés suman demasiados momentos inestables que explican las dudas y la crispación que corría ayer entre las fuerzas del sevillismo y su extensa hinchada.
"La derrota ha sido incompresible", dijo del Nido en la madrugada del jueves. El regreso a Sevilla fue un calvario que tuvo su remate con el recibimiento de un grupo mínimo de aficionados portando la siguiente pancarta: "¿Por qué no te callas? Humildad". En directa referencia a las palabras de Del Nido que tanta factura le han pasado.
El club ha focalizado el enfado hacia los jugadores. Los medios oficiales y afines se han mostrado críticos con la actitud que los jugadores desplegaron en San Mamés. Del Nido se siente molesto y ha deslizado su enfado, aunque no lo hará público porque son los mismos futbolistas que deben meter al equipo en la Champions.
La derrota traerá consecuencias. Y es Jiménez, una vez más, el que sale más tocado. Desde hace mucho tiempo, su credibilidad ha sido zarandeada por la prensa, parte de la afición y los dirigentes. El acto vivido en San Mamés ha podido firmar su final de ciclo en Nervión.
Lo cierto es que la afición se muestra muy contrariada con el nuevo paso atrás que dio el equipo en otra noche decepcionante. El final de temporada será complicado. Cualquier tropiezo se elevará a drama. Del Nido lo sabe y, después de masticar el fracaso, intentará rearmar al batallón. Al Sevilla no le queda otra que lamerse las heridas y apretar para no poner en peligro la Champions. La Copa ha reabierto otra crisis. Quizá la definitiva para que el club asuma de verdad los errores cometidos.