Javi Calleja
"Esto es un apagón para mí, ya es muy difícil que me quede"
Viste camiseta blanca, rebeca azul y zapatillas azul y blancas. Un mensaje muy subliminal. Este domingo cumple cien partidos con el Málaga. ¿Habrá muchos más?
Esto sí que ha sido ir de cero a cien.
Sí, del partido uno al cien ha sido una historia diferente. Empezamos con el sueño de volver a Primera, pero se complicó todo, sufrimos mucho y casi bajamos. Luego se han ido haciendo cada vez mejor las cosas y se han conseguido los objetivos.
Puede decirse que ha ido de sorpresa en sorpresa, primero para mal y luego para bien.
Cuando vine lo hice con el objetivo de ascender ese año, pero todos sabemos las circunstancias que nos alejaron del objetivo. Se sufrió mucho en lo deportivo y lo económico. Al año siguiente, cuando nos tomamos la temporada con más tranquilidad y yendo paso a paso, se cumplió la vuelta a Primera. Ahora disfrutamos de este momento histórico y único.
¿En qué escalón de su corazón está el Málaga?
Cuando llevas cien partidos y tres temporadas aquí, está claro que te queda un sabor y un sentimiento hacia el club muy personal, importante. Inolvidable. Te marca como persona, está claro. Le tengo un cariño enorme al Málaga y estoy en el momento más importante de mi carrera.
¿Escoge al Málaga o tiene mejores recuerdos?
El Málaga siempre va a tener un hueco en mi corazón. También el Villarreal, donde viví momentos inolvidables.
Tres entrenadores en estos cien partidos.
Con Marcos Alonso está claro que se vivió un principio de temporada muy confuso e inestable. Con Muñiz se mejoró. Muñiz hizo un gran trabajo, es una persona honesta y da todo lo que tiene. Demuestra implicación y le da a todo el mundo por igual. Sacó un extraordinario rendimiento a la plantilla. Tapia es una apuesta valiente que está dando resultado. El equipo está en un momento magnífico y estamos con confianza. Empezamos la temporada con muchas dudas pero hemos crecido y hay equipo para hacer algo histórico.
Hay quien dice que le ha ganado tres años al fútbol en esa nueva posición de lateral. ¿Está de acuerdo con eso?
Es una posición que tiene menos desgaste. Siendo tácticamente disciplinado e inteligente a la hora de medir las subidas, el desgaste físico es menor. De lo que estoy orgulloso y contento es de haberme adaptado tan bien a la posición porque nunca había jugado. Se lo debo a la confianza que me ha depositado el técnico. Él y parte de la secretaría técnica. A día de hoy, no la cambiaría por volver a jugar de interior.
¿Es difícil adaptarse?
Es diferente. Estás acostumbrado a atacar, a llegar al área, a aportar al ataque. Que tengas que cambiar eso es difícil. Hay que saber que mi función es otra y como todo, está en la cabeza. Cuando uno se mentaliza de eso no tiene por qué costarte siempre que la predisposición sea buena.
Una fácil. ¿Qué partido de los cien tiene grabado?
El ascenso. Es el más importante, el más simbólico, el que más motivó. Vivir un ascenso en La Rosaleda fue precioso. Y es el que ha hecho que podamos disfrutar de lo que estamos viviendo.
Ese ascenso también lleva el sello de su gol en Sevilla.
Recuerdo el partido con gran cariño porque fue de bonita factura y por la importancia que tuvo pero prefiero quedarme con lo colectivo.
Igual el partido más importante está por llegar.
Ese es mi deseo. Jamás se puede vivir del pasado. Uno tiene que mirar hacia delante y ponerse nuevos objetivos.
Tal vez por esos cien partidos y por lo que ha calado en la ciudad, la gente está hablando todos los días de su renovación. ¿Le incomoda o le hace pasar un mal rato? Porque usted tiene lazos pero también es profesional.
Pues sí, no es fácil que me pueda quedar. Entonces, encuentro un apagón dentro de mi persona. Mi deseo siempre ha sido quedarme y, de hecho es quedarme aquí muchos años. Lo que tengo claro y asumido es que a la larga lo que cuenta es el club, el Málaga, su afición, la gente que está aquí año tras año animando y que siente los colores. Los jugadores estamos de paso y tenemos que aprovechar los años en los que estamos aquí dándolo todo por el equipo. Ese es mi objetivo y mi deseo. Defender la camiseta del Málaga a muerte hasta que esté.
Se le ve triste y pesimista, casi como en un discurso de despedida.
Sí, porque hemos hablado varias veces y no hay más temas que abordar. El club está con una postura y yo con otra y creo que no va a dar la vuelta. Es respetable y es una manera de entender el fútbol que respeto al máximo. Ojalá pudiese cambiar esta situación, pero está complicadísimo.
Parecen posturas muy frías. Del club, porque no va a subir un euro y de usted, porque como profesional está a punto de firmar su último contrato. ¿Falta sentimentalismo en todo esto?
A ver, hay sentimiento. El club quiere ir bien y yo quiero al club. Y cuando uno está a gusto, está claro que quiere quedarse. Pero en el fútbol el romanticismo muchas veces desaparece. Tenemos que respetarnos y mirar por nuestros intereses y yo, por mi familia.
Si finalmente se va, ¿qué se dejaría atrás?
Pues empezando por la gente que trabaja aquí, que es de lo mejorcito que he vivido en el fútbol. Las personas dentro del club son ejemplares. Echaría muchísimo de menos a mis compañeros con los que he entablado una gran amistad y dejaría seguramente una de las mejores aficiones del mundo. Cuando hemos estado mal han entendido la situación del club.
Así es imposible desmotivarse aunque se vaya a ir, ¿no?
Imposible, la gente está volcada y viviendo el sueño de la competición europea.
¿Va a ser una larga despedida?
Por eso no quiero hablar más, nos estamos jugando mucho. Y además esto da muchas vueltas...