Mandiá busca la proeza

Anoeta ha pasado a ser un campo frío, casi desangelado. Ni siquiera sus 15.000 incondicionales son capaces de darle calor a un estadio majestuoso con aroma a Primera. Muchos apuntan a que es la pista de atletismo la que congela el ambiente, y otros dicen que es la depresión de Segunda la que ha provocado que Anoeta presente media entrada cada vez que la Real juega en casa. Pero esta tarde todo será diferente. El silencio dará paso a los silbatos, a las quejas y a la movilización. Las cartulinas rojas darán la bienvenida a Pino Zamorano y al Hércules, un invitado que se ha colado en la campaña contra el estamento arbitral que ha promovido Lillo con su elegante oratoria.

Por eso, el primer objetivo del conjunto de Mandiá es olvidarse del entorno. Y si es posible, juguetear con los nervios de la Real, que podría estar más pendiente de examinar a Pino Zamorano que de los movimientos y los mordiscos a la yugular que le propine Rubén Navarro. El ariete catalán le tiene tomada la medida a la Real y suele dejar su tarjeta de presentación cada vez que se topa con la elástica blanquiazul. Sus cuatro goles le avalan. "Yo ya sé lo que es marcar en Anoeta", ha presumido esta semana el punta herculano, consciente de que vuelve al once ante la baja por sanción de Deli y que tiene uno de los promedios más efectivos en cuanto a minutos jugados y goles se refiere.

La presencia de Navarro en el once no es el único miedo que le tiene la Real al Hércules. Y es que el conjunto txuri-urdin no puede permitirse ni un desliz, ya que un despiste puede ponerle muy cuesta arriba el objetivo del ascenso. Para ello, Mandiá y los suyos esperan dar un golpe de autoridad y conquistar por primera en la historia el estadio de la Real. Hasta la fecha, todas las visitas a San Sebastián se han saldado con derrota. Por eso, esta tarde hay un doble reto: desvirgarse en Anoeta y dejar en anécdota las quejas de la Real a los árbitros.

Pocos cambios. Al margen de la entrada de Navarro, Mandiá prepara pocos cambios. El gallego moverá pocas piezas respecto a la semana pasada. La goleada al Levante es la coartada perfecta para seguir contando con los mismos y ganar en Anoeta.

Bravo y Calatayud luchan por ser el menos goleado

Juanma Lillo y Juan Carlos Mandiá tienen muchas cosas en común. En su librillo sólo caben conceptos relacionados con el juego de toque, el buen trato del balón, la presión asfixiante... y la defensa. Blindar la retaguardia es imprescindible para que la apuesta sea perfecta y de momento, les está saliendo a la perfección. La principal prueba es que Bravo y Calatayud son los dos porteros menos goleados de Segunda. Mientras el meta del la Real ha encajado sólo 18 tantos, el arquero herculano ha recibido 22. Durante muchas jornadas, Calatayud fue el Zamora de la categoría, pero el Hércules ha perdido parte de su solidez y este galardón está ahora en San Sebastián. Bravo está siendo uno de los jugadores más destacados de la Real y gracias a él, su equipo mantiene intactas las opciones de ascenso. En el partido de ida, jugado en el Rico Pérez, el chileno ya lo demostró.