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Liga Adelante | Murcia

"¿Quién nos va a pagar de aquí a final de Liga?"

La propiedad se desentiende. Ayuntamiento, en Concurso, opta por recular. El caos y el miedo se instalan en Nueva Condomina

La rueda de reconocimiento' que Legalia realizó en Nueva Condomina no pudo ser más desalentadora. La empresa encargada por Juan Manuel Trujillo para gestionar la entrada a la Ley Concursal se vio con empleados, proveedores y futbolistas del club para explicarles la triste y dura situación a la que se enfrentan y los tres frentes salieron de dichas reuniones con la misma incredulidad con la que entraron. "¿Quién nos va a pagar de aquí a final de temporada?" Esa es la pregunta que se hacían tanto jugadores como trabajadores de a pie, amén de aquellas empresas que ven como las opciones de quedarse tiradas va a más.

Trujillo no dio la cara ante quienes dependen de sus decisiones para subsistir y tampoco Manolo Álvarez acompañó a los trabajadores en la reunión que mantuvieron los dos gestores de Legalia. Los futbolistas seguirán trabajando, como es obvio, pero cada vez se les ve más descentrados. ¿Los proveedores? Trabajarán bajo mínimos mientras haya algo de dinero pero también ven con pesimismo el futuro del Real Murcia. El miedo y el caos se instalan en Nueva Condomina. El dueño, a 400 kilómetros, se desentiende; Manolo Álvarez nada puede hacer y su figura cada vez es más criticada por los que le rodean, pero lo que más preocupa a los trabajadores es perder su empleo.

Dudas en el Consistorio. Paralelamente al enésimo capítulo de despachos, tribunales y Ley Concursal, los rectores municipales tampoco se atreven a dar un paso al frente. No ven en Trujillo y su equipo demasiadas garantías y aunque el Ayuntamiento quiere ayudar, tiene bien claro que no dejará que los propietarios se aprovechen de la situación para que sean los políticos los que le solucionen la papeleta a los que llevaron al Real Murcia a esta situación: Trujillo y Samper.

Casos extremos: que se ordene liquidar el club... o incluso que lo pague 'TRUSAM'

El panorama que se le presenta al Real Murcia plantea todo tipo de variantes. Desde el típico caso en el que a base de apretarse el cinturón (y probablemente despidos y venta de jugadores) se solventa la situación, a las dos opciones más extremas. La primera pasaría por un panorama tristísimo, sin viabilidad, sin dinero... sin futuro. En ese caso, Su Señoría podría decretar incluso disolver la sociedad y el Real Murcia desaparecería. La pregunta: ¿Permitirán las instituciones que se llegue a tal punto?. La otra opción, similar a la que ocurrió con Las Palmas, y mucho más airosa, pasaría por que la Justicia obligase a los dueños (Trujillo y Samper) a poner el dinero suficiente de su propio bolsillo para sufragar la deuda.