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Real Madrid | Los lunes del Asador Donostiarra

"El Madrid huele a fútbol y yo soyun loco del fútbol"

Julien Faubert pasa revista con AS en el Asador Donostiarra a sus primeros días en el Madrid 48 horas después de su debut. "El Madrid huele a fútbol y yo soy un loco del fútbol", dice este francés de 25 años que creció en un barrio difícil y que encontró en el deporte la mejor salida.

Damián González
<b>ESPERANZADO. </b>Tiene cuatro meses para convencer al Madrid.
jesús aguilera

En medio de la vorágine informativa que nos devora a diario, un paisaje en el que los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo, merece la pena pararse un poco y sentarse a conocer la personalidad de algunos de esos protagonistas que tienen detrás una historia más que sugerente. Es el caso de Julien Faubert, 25 años, el último fichaje madridista que debutó en el Bernabéu, 30 minutos que, explica, deben servirle de palanca para ganarse la confianza de quienes le han fichado para que sea útil y ayude al equipo en el tramo decisivo:

"Sé que no he llegado a este club como lo hicieron en su día Zidane o Beckham, pero voy a trabajar a muerte para demostrar que merezco vestir la camiseta del Madrid. Tengo físico y fuerza interior, espero convencer para seguir aquí tras la cesión y pelearé por ese objetivo. Mi vida es el fútbol, soy un loco de este deporte y el Madrid, todo en el Madrid, huele a fútbol. No, no me importa haber sido el tercero en la lista de extremos que tenían el club o el entrenador (Young o Valencia); es normal que un club tan grande como éste maneje varios nombres antes de concretar cualquier operación. Yo soy feliz por haber podido llegar a jugar aquí. ¿Qué más puedo pedir?".

Habla Faubert de su fuerza interior, de su capacidad mental para salir adelante de situaciones difíciles, en la vida y en el fútbol. Y se le entiende cuando recuerda sus orígenes, su infancia:

"Nací en un barrio de Le Havre, en la Alta Normandía, lo que se conoce como los suburbios de una ciudad, un sitio difícil, de convivencia caliente... Mi padre era negro, de La Martinica, pero nunca le conocí. Trabajaba en Aduanas y se volvió a la colonia. Fue mi madre, que es blanca, la que tuvo que sacarme adelante. Ella tuvo otros dos hijos blancos anteriormente, mayores que yo, de 48 y 44 años. Ahora vive en París y siempre dice con orgullo que trabajó y luchó en la vida para que ninguno de sus hijos acabase en la cárcel...".

Bombero.

Buscó Faubert desde niño (de pequeño no le llamaban Julien, su nombre de pila, sino que le apodaban Jules) la mejor válvula de escape a ese barrio difícil en el deporte, en el fútbol, como tantos otros chicos que lo pelean y lo consiguen:

"Sí, en mi caso encontré en el fútbol la mejor manera de salir adelante en mi vida. Y de mi padre creo que heredé los genes físicos, siempre he sido de complexión fuerte, atlética, y me gustó trabajar en el gimnasio. A veces pienso que de no haber sido futbolista quizá habría elegido ser bombero, un trabajo que te obliga a estar siempre físicamente a tope".

Quizá por eso, de su estreno en el Bernabéu me da la impresión de que sólo le han sorprendido negativamente algunos comentarios deslizando que o está algo gordito o fuera de peso. Se rebela el francés, pero sin alzar la voz, con exquisita educación y hasta ironía:

"He visto que algunas televisiones han dicho que estaba gordo, y no es verdad. Estoy en mi peso, sólo me sobran 500 gramos y a mí Juande no me ha dicho que tenga que rebajar nada" (sonríe, se levanta la camiseta y todos damos fe, desde el impagable compañero Frédéric Hermel hasta Carmen Colino) que es fibra, que de michelines nada, tableta bien trabajada). Eso y algo más:

Ocho tatuajes.

"Tengo ocho tatuajes repartidos por todo el cuerpo. El que llevo en el brazo izquierdo es de símbolos chinos, reflejan mi pensamiento, mi vida: Familia-Hermanos-Madre-Amor. Aunque mi mujer, Pamela, está un poco harta de mí, como lo estaba del mal tiempo en Londres, porque me paso casi todo el día viendo partidos de fútbol, de Primera, de Segunda, me da igual, o de otros deportes como tenis o fútbol americano. Y ya está resignada a que nuestro hijo, Noam, que tiene tres años, empiece a ser futbolista".

Fútbol, hablemos más de fútbol. Le acompaña un amigo, Kem, ex jugador del Cannes. Y recuerda Faubert que no lo tuvo fácil:

"Empecé en el club del barrio, y aunque de corazón soy hincha del PSG, a los catorce años me fui al Cannes, de allí al Burdeos y luego ya al West Ham. Pero antes hubo cuatro canteras que no me quisieron, las del Le Havre, Caèn, Auxerre y Lille. Casi todos decían que era demasiado pequeñito y que nunca llegaría a ser futbolista profesional. Guy Roux, entrenador del Auxerre, fue taxativo. Me dijo: 'Has hecho la prueba bien, pero no tienes futuro en esto'. Me alegro de que se equivocara. Curiosamente, de mi mismo barrio acabaron siendo profesionales cuatro chicos más: Niang (Marsella); los hermanos Diawara (Burdeos y ex del Mónaco) y N'Zgobia (Wigan). Algo bueno tenían esas calles...".

El debut, las órdenes del entrenador ante el Racing:

"El Bernabéu ya impresiona vacío, imagínense lleno en día de partido. Pero debo confesar que no sentí el estrés del debutante, no sentí una presión enorme. Juande me dijo: 'Juega en la banda como tú sabes, y bloquéala en defensa, ayuda a Sergio Ramos en las subidas de Jonathan porque se ha cambiado de banda y regatea bien'. Íbamos ganando, el Racing se iba arriba y tenía que trabajar en toda la banda. Primero bloquearla y luego proyectarme en ataque, pero fueron 30 minutos. Puedo jugar de extremo o de lateral según la táctica pero lo que más se adapta a mi estilo es 'subir lanzado', llegar con espacios".

El gran rival azulgrana en la Liga, el Liverpool que llega ahora en la Champions...

"Me gusta cómo juega al fútbol el Barcelona, en ataque es muy fuerte, tiene gran calidad, pero defensivamente no son invencibles y en esa faceta hay mejores equipos en Europa. ¿El Liverpool? Le conozco bien, claro, y tiene dos caras, la de la Premier y la de la Champions. En Europa ellos juegan con más disciplina táctica, se manejan muy bien en eliminatorias a dos partidos, apenas cometen fallos, lo tienen bien trabajado. Pero el Madrid tiene jugadores para superarles si golpeamos primero en el Bernabéu y vamos con ventaja a Anfield. La baja de Gerrard será importante, es su director de orquesta, lo que en Francia llamamos 'dèpositaire du jeu' (el depositador del juego)".

El vestuario le está ayudando, aunque ya conocía a algunos de sus integrantes.

"No me sorprende la confirmación de Lass, jugamos juntos en la Sub-21 de Francia y se veía que tenía fuerza y clase. Por cierto, que en una semifinal nos ganó Holanda 2-3 y Huntelaar nos hizo dos goles... Todos se han volcado, del club me ayuda Javi García Coll y en la plantilla Lass y también Mahamadou Diarra se han puesto a mi disposición. Espero que se recupere pronto de su lesión. Sé lo que es pasar por eso, he tenido tres lesiones pero están superadas. También me ha apoyado estos días Raúl, que habla poco pero impresiona por lo que transmite a todos dentro y fuera del campo. ¿Robben? Está en su punto más alto, le sale todo, es muy bueno, es su momento".

De Zizou a Kaká.

Inevitable el recuerdo al gran Zidane y acabar con sus referentes:

"Zizou es punto y aparte, vi en televisión su espectacular gol al Leverkusen y me encantaría hablar con él. Y siempre me gustó Ronaldo, el brasileño, un fenómeno, como Henry en otro estilo. También Kaká por su elegancia dentro y fuera del campo. Es muy creyente, como yo. Me he convertido al Islam, aunque no hago el Ramadán si tengo partidos, es imposible mantenerse físicamente si tienes que jugar. ¿Ribèry y Benzema al Madrid? ¿Y por qué no? Cada uno en su estilo encajarían".