La Séptima de Juande

21 de 21. Si somos sinceros, todos recordamos nuestra boda con algún reparo. Que si el jamón estaba grasiento, que las gambas rebozadas eran de piedra, que los camareros echaban la mayonesa fuera del plato... Pero, qué caray, es tu boda y por encima de todo uno lo recuerda como un día feliz. Así es el Madrid de Juande. Podemos poner varios 'peros' a la vistosidad del juego desplegado, pero a cambio el manchego nos garantiza un "sí, quiero" en la hora de la verdad. Victoria, tres puntos y el recordman Casillas imbatido. Así van siete partidos seguidos. Pleno al 21 y una sensación vigilante digna de un guepardo. Como se le ocurra al Barça tener un desliz (si los árbitros del Villarato no se ofenden con la propuesta), la Liga se va a poner patas arriba. El Madrid no va a fallar. Hormiguita blanca, conejito Duracell, don erre que erre...

Lass, talismán. Si exceptuamos el golazo de Higuaín a lo Zamorano (recorte memorable en carrera y definición precisa), el Madrid alcanzó la Séptima de Juande gracias a las tablas de ese pequeño gran hombre llamado Lass y apellidado Diarra. Es francés, lo que permite augurar que estamos ante el jugador clave que enseñará el camino de la Décima. Me explico. La sangre gala levantó tres Copas de Europa en el Madrid triunfal de Di Stéfano (Mariscal Kopa), Karembeu puso la puntilla y la puntera a la Séptima, Anelka ofreció su mala cabeza en Múnich para ganar la Octava, y Makelele y el mago Zidane dejaron su sello imborrable en la Novena (¡Eterno Zizou!). Última parada: Roma, 27 de mayo. Por eso a Lass lo veo como un talismán, un elegido para prolongar esa regla genética. No puedo decir lo mismo de su compatriota Julien Faubert. ¿Funambulista, actor de doblaje o futbolista? Posee un poderoso tren inferior, pero amenaza con descarrilar si alguien no le pone un vídeo de Figo o de Beckham para que entienda lo que es la banda derecha del Bernabéu. Estuvo "gris", que diría Juande...

Zigic, el islote. El gigante serbio estuvo huérfano sin la presencia de su aliado Munitis. Aún así, desquició a Pepe y rescató al mejor Cannavaro de la temporada. Su cabezazo de las postrimerías aumentó la acidez de estómago de ese madridismo al que habría que concederle el Premio Fair Play de la temporada. Asimilan todo lo que les llega sin quejarse ni poner mala cara. Lo constaté el viernes con los vikingos espartanos de Calatayud, Alfaro y la Peña Helmántica, arropados por la Peña Los Dos (Fede y Juan, héroes).

Pipita de oro. El día que se vaya Mijatovic, en julio, alguien debería ser justo con él. Ya sé que trajo a Metzelder, Drenthe y Van der Vaart. Pero las dos grandes pifias de este período (Saviola y ¿Faubert?) no son suyas. Sus fichajes de autor son Higuaín, Pepe, Gago, Ruud y Lass. El Pipita al final será barato. Futuro Balón de Oro.