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José Rojo, 'Pacheta'

"Es un orgullo que digan que sueno para el club"

Tras el adiós 'pactado' de Paco Herrera, Pacheta es uno de los más firmes candidatos que suenan para sucederle. Nadie ha olvidado sus cinco años como jugador perico.

José Rojo, 'Pacheta'

¿Tiene piso en Barcelona?

No.

Pero sí que guardará buenos recuerdos.

Sin duda y, además, fantásticos. Siempre que voy a Barcelona noto el cariño de los aficionados. Cuando me reconoces me saludan, me preguntan y eso es inolvidable.

¿Cómo ve la situación del Espanyol?

Complicada.

Esos 17 puntos...

Son muy pocos. La situación deportiva, al final, es la que lo marca todo. Si la bola entra, todo parece mucho más sencillo. Es así de cruel, pero la pura realidad. Ahora tocará que se aprieten el cinturón, pero la clave del éxito está en la gestión diaria.

Hay mucho temor a un descenso.

Es normal. Toda el funcionamiento de la entidad podría cambiar. No es lo mismo estar en la elite que bajar un escalón, pero que nadie dé por muerto al Espanyol.

Es de los que confía.

Le diré que mi puesto de trabajo está en Soria y somos competencia, pero deseo que los dos estén la próxima temporada en Primera.

Usted conoce mucho a Mauricio Pochettino.

Fuimos compañeros y somos amigos.

¿Lo ve capacitado para poder ayudar al equipo?

Pues claro, cómo no. Mauricio le transmitirá al equipo mucho fútbol actual, mucha frescura...

Parece que se ha puesto de moda eso de tener a un entrenador joven.

La baraja la rompió Pep Guardiola en el Barça, pero en el Numancia tengo un entrenador de 62 años y estoy encantado con él.

¿Con qué presupuesto se maneja usted?

Cinco millones para toda la plantilla.

¿Y se puede hacer un buen equipo con esa cantidad?

Al menos, competitivo.

¿Cuál es su situación contractual?

¿Ahora?

Sí.

Me queda año y medio en Soria.

¿Y si le llamaran del Espanyol?

Nadie lo hizo.

Bien, pero si recibiera un encargo en su móvil, ¿cómo reaccionaría?

Pues lo valoraría, cierto. En el fútbol hay muchos sentimientos, muchos recuerdos... Pero ante todo, debemos ser profesionales, aunque personalmente nunca dejé tirado a nadie.

No iba por ahí.

Lo sé, pero quería que quedara claro de entrada. Pongamos un ejemplo. Si alguien me llamara...

¿Del Espanyol?

O del Werder Bremen o del Chelesea...

¡Caray, Pacheta, va fuerte!

Ya me entiende, eran dos ejemplos, los primeros que me vinieron a la cabeza, lo primero que haría sería comunicarlo a mis superiores en el Numancia. Les explicaría mis intenciones de futuro y me ofrecería a ayudarles a encontrar una persona que encajara con los que ellos busquen. Lo que nunca daría es un portazo así por las buenas. Los que me conocen saben que no soy así y en Soria siempre se portaron de maravilla conmigo.

Decía que nadie le llamó.

Pero es una satisfacción que se diga que piensan en mí, que suene mi nombre. Eso sólo ya es un orgullo, pero como pudo comprobar tengo muchos amigos en Barcelona (ríe).

¿Y si se consumara el descenso tan temido por todos?

Queda mucho campeonato, pero el Espanyol siempre lo consideraré mi casa y si me piden ayuda y es posible un arreglo, con ellos estaré.

Usted siempre trabajó con poco dinero.

Es verdad, pero es algo cada vez más normal en el mundo del fútbol; hay muchas deficiencias económicas en todos los sentidos.

Y eso lo reduce todo.

Desde las posibilidades de contratar hasta el margen de error.

Que debe ser pequeño.

Mínimo. Si inviertes por alguien debes tratar de que te dé el mayor rendimiento posible.

Ahí uno juega con el hambre del futbolista.

Que debe ser la más alta posible.

¿Qué piensa de Paco Herrera?

Sólo tendría palabras buenas para él. Entiende, sabe y comprende del mundo del fútbol. Es una gran persona y un excelente profesional, pero lo que mandan son los resultados.

Usted, como director deportivo del Numancia, ¿permite que el presidente o el director general entren en su despacho?

Cuando el tema de un fichaje está avanzado, sí. Ellos son los que tienen que acabar de decidir.

¿Y antes?

Cada uno tiene su espacio.

¿La filosofía de su Numancia?

Lo que le dije, el día a día es la clave.

¿Ve mucho fútbol al cabo de la semana?

Sobre todo los fines de semana.

¿Cuántos?

Intento que sean siete u ocho.

Y siempre sigue a su equipo.

Siempre, no lo dude. Estoy con ellos en Los Pajaritos y cuando viajan. Piense que la dirección deportiva está pensada para que controle todos los movimientos, pero no sólo en el aspecto de los futbolistas. Debes calibrar el trabajo de los físios, de los médicos, de los utilleros...

Total, que no tiene tiempo para aburrirse.

¡Cómo lo sabe!

¿Cuánta gente trabaja con usted?

En nómina, en el Numancia, sólo yo.

¿Piensa que habrá sorpresas hasta final de curso?

Por estadística, los que ascienden si hace, buena temporada, al final siempre hay una sorpresa. Se la pegó el Zaragoza y en el 2000 recuerdo que se fueron al pozo tres campeones de Liga de una tacada: Sevilla, Betis y Atlético.

En resumen, ¿se ve pronto en Barcelona?

De visita seguro, allí me siento querido. (Ríe).