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Liga BBVA | Valencia

"Para mí, jugar en el Valencia es un regalo"

César Sánchez se convirtió en el héroe del partido del pasado domingo ante el Almería al salvar con una mano oportunísima un peligroso lanzamiento de Piatti. Un día después de la parada y de debutar con la camiseta del Valencia en Mestalla, el meta quiso mostrar su felicidad en AS.

Chimo Masmano
César

El día después de un portero que salva a su equipo es muy dulce. Y aún lo es más cuando éste debuta en Liga con su nuevo equipo y ante su afición. Es el caso de César, un jugador que con 37 años vivió en Mestalla una experiencia inolvidable al retirarse ovacionado por sus compañeros y por los aficionados chés tras realizar una parada providencial en el último minuto a tiro de Piatti. "Es muy bonito, acabar un partido de esta manera después de lo que pasó gusta mucho. Es una de esas paradas que agradan a los que las ven y al que la hace. Puede que intente hacer otra así y no lo repita. Pero, para mí, lo más importante es que esto sirvió para que el equipo ganara. Se trata de una victoria importante y muy trabajada". Así, tan modesto como campechano, se mostraba ayer César Sánchez en su visita a las redacciones del Diario AS y de Radio Valencia-SER, a las que acudió tras el entrenamiento en compañía de uno de los trabajadores de IMG en Valencia, Raúl García.

Al nuevo meta ché se le fichó del Tottenham Hotspur para cubrir la baja de Renan y ayudar al equipo aportando su experiencia, una misión que aceptó y que está cumpliendo a la perfección. "Lo primero en lo que pienso es en el equipo. Cuando un portero es más joven, con 20 ó 22 años, es más egoísta y prefiere terminar un partido 0-0 para no encajar. Esta etapa ya pasó hace mucho tiempo para mí, ahora sólo quiero que el equipo gane. Me da igual si la victoria es por 4-3 o por 3-2, aunque evidentemente prefiero que el resultado sea 2-0 ó 3-0. Lo importante son los tres puntos y que todos estemos contentos", recalcó en los micrófonos de Radio Valencia-SER.

Desde que llegó a Valencia, el guardameta de Coria ha repetido hasta la saciedad que tiene "la ilusión de un chaval de 18 años". Tras jugar dos partidos en 72 horas con su nueva camiseta, la fascinación de este 'veterano juvenil' se dispara a medida que va hablando de el reto que tiene ante sí en lo que resta de temporada: "Lo de jugar en el Valencia es un regalo, me considero un hombre afortunado porque me estoy volviendo a sentir futbolista en uno de los equipos más importantes de la Liga española. Me tomo cada entrenamiento como si fuera el último. Me he dado cuenta en los últimos cinco meses que lo más importante es tener ganas".

Tal es la ilusión que tiene de hacer bien las cosas aquí que César, tras renunciar a otro año más que tenía de contrato con los Spurs, ahora no quiere oír hablar de lo que pasará a partir del 30 de junio, cuando expira su vinculación con el club ché: "No es un brindis al sol, de verdad. En ningún momento he pensado en la estabilidad económica, sólo he pensado en sentirme bien jugando a fútbol y en ser honesto con quienes han apostado por traerme. Y esto es en lo que estoy, en el presente, en lo que queda de temporada, ni más ni menos. No tengo ningún compromiso para la próxima temporada, ni hablé nada con el Valencia sobre alguna posibilidad de quedarme si las cosas salen bien en esas cosas".

Al Valencia le quedan cuatro meses de competición, con dos objetivos muy claros por conseguir, fijados en el vestuario y grabados a fuego en la mente del último en llegar a la plantilla ché: "Al final de la temporada, sería feliz consiguiendo lo que todos queremos. Esto es algo que se aprende con los años. Mi última experiencia en España tuvo lugar en Zaragoza. Lo pasamos muy mal porque vimos, semana a semana, cómo todo se nos hacía cuesta arriba y el objetivo, que era la permanencia, se nos iba de las manos. Nos fuimos a Segunda y fue un golpe muy duro. Ahí te das cuenta de lo importante que es un objetivo colectivo. Por esto, me gustaría terminar esta campaña consiguiendo la clasificación para la Liga de Campeones y luchar por la Copa de la UEFA, que es una competición que pude disputar con el Zaragoza hace unos años y me parece muy atractiva".

Pese a que acabó recibiendo aplausos por su magistral intervención, César tuvo la oportunidad de escuchar, en determinados momentos del partido ante el Almería, cómo suenan los silbidos tributados a los jugadores por parte de los aficionados enfadados en Mestalla. Ante este debate, de si es bueno o malo que los hinchas piten mientras el partido está en marcha, el meta tiene su particular versión: "Hay que partir de que la afición es soberana, paga su entrada para ver un espectáculo y tiene derecho a quejarse si éste no le gusta. Pero ellos deben pensar que los que están en el campo quieren hacerlo bien y buscan el mismo objetivo que ellos: que el equipo logre la victoria. Aquí encontramos una de las principales diferencias con el fútbol inglés. Al principio de esta temporada, llevábamos unos cuantos partidos jugados y sólo habíamos sumado dos puntos. pese a esto la gente no dejó de animar y de aplaudir en ningún momento, se volcaba con el equipo apoyándole en un momento que no era nada bueno. Lo único que puedo pedir a los aficionados del Valencia es que se den cuenta de la importancia que tienen para nuestro equipo".

Aunque toda la conversación con César se hace distendida, aún se hace más cuando se tratan asuntos como el de la vestimenta, en el que la sonrisa se vuelve a dibujar en su rostro mientras hace una defensa a ultranza de los colores llamativos: "Sé que me hice muy popular por las camisetas de color rosa que utilizaba en Zaragoza. Las llevaba porque un día me encontré una, que no quería ponerse nadie, y me la coloqué yo. A partir de ahí fue mi color preferido. Ahora apuesto por el naranja, por dos razones: es uno de los colores del Valencia y el preferido de mi hija mayor. Ante el Almería me puse las medias y ya avanzo que saldrá en alguna prenda más en los próximos partidos". Estaremos atentos...