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Liga BBVA | Valladolid 1 - Espanyol 1

Regalo a un flojo Espanyol

El Valladolid fue muy superior. Kameni salvó en varias ocasiones a su equipo. Villar, poco acertado en el gol rival. Sergio Sánchez ganó un punto

<b>INTENSIDAD.</b> En algunos momento del partido los dos equipos lucharon cada balón como si fuera el último como se demuestra en este lance entre Marcos, Rufete y Sesma.
INTENSIDAD. En algunos momento del partido los dos equipos lucharon cada balón como si fuera el último como se demuestra en este lance entre Marcos, Rufete y Sesma.

Al Valladolid le está matando su falta de contundencia defensiva. Cada vez que le cuelgan un balón, tiemblan el Zorrilla entero, Mendilibar, la defensa y fundamentalmente el portero. Justo Villar tiene tantos problemas en los balones aéreos como sus centrales a la hora de despejar de cabeza. Una jugada similar le echó de la Copa con la eliminatoria ganada. Ayer le privó de ganar dos puntos más ante un flojo Espanyol, que no mereció llevarse nada a casa, por mucho que Pochettino considere que el empate fue justo. Ilegal no fue, pero lo más justo hubiera sido la victoria local. De hecho, Kameni fue el gran salvador de su equipo y los delanteros vallisoletanos aparecieron mucho en el área visitante. De Callejón y de Luis García nada se supo.

Pero el Valladolid tuvo mucha culpa de lo que pasó al final. Tuvo en su mano al posibilidad de rematar a un Espanyol muy herido y fue incapaz de hacerlo. No olvidemos que los blanquiazules venían de jugar 90 minutos muy intensos el miércoles ante el Espanyol. De su lógico cansancio los jugadores de Mendilibar fueron incapaces de sacar más partido. Y además cometieron el grave error de dejarse rematar en el segundo palo por parte de Sergio Sánchez, que ya en la primera parte había también conseguido hacerlo, aunque enviando la pelota al exterior de la red. El Valladolid ya conocía la forma de sacar los corners de los espanyolistas, pero fue incapaz de evitar el remate del lateral de Mataró. Endeble García Calvo en el salto y flojo y asustadizo el portero Justo Villar a la hora de medir una salida que no efectuó. Tampoco tapó su palo. Los errores, en la vida y en el fútbol, se pagan caro. El Valladolid está pagando con mucha dureza su falta de acierto para defender las jugadas a balón parado, corners incluidos.

Superiores. Los blanquivioletas se sintieron superiores a sus rivales desde el primer minuto. Su control de partido fue total y sólo la falta de pegada y de acierto de cara a gol evitaba la temprana liquidación del partido. Sesma y Pedro León eran un peligro permanente y Goitom alternaba trabajo y acierto, con algún borrón en el área. Pero el encuentro era un monólogo. La defensa del Espanyol no daba garantías. Su medio campo sencillamente no existía. Era cuestión de tiempo y de un poco de acierto. Y el gol llegó con un remate de cabeza de Goitom tras un disparo defectuoso de Sesma. El sueco se sacaba la espina de un remate que no conectó antes con toda la ventaja para él. Algún espectador volvió a silbarle y él se desquitó con un gol que no celebró. Goitom erró en alguna jugada, pero trabajó mucho y bien y además hizo un gol. Aún así, a él no se le perdona nada. A otros todo. Y es que no hay nada peor que caer en desgracia.

Más suerte, y acierto, tuvo Kameni, que estuvo muy por encima del endeble nivel que aportó el Espanyol. Eso es lo más preocupante para el Valladolid, la oportunidad que desperdició de haber dejado 11 puntos por detrás a un rival que sigue teniendo a ocho. Porque los de Pochettino no dieron para más. Sirva de atenuante la delicada situación que tienen y que venían de jugar un partido a mitad de semana. Aun así, se esperaba más intención y más solvencia de los periquitos. Álvaro Rubio y Borja dominaron el medio campo sin grandes alardes. Cada balón que rondaba el área visitante tenía intención y era un puñal para la defensa que ayer vestía de rojo. Sesma, Goitom, Pedro León, Canobbio de falta y Pedro León y Sesma, de nuevo, en la segunda parte rozaron el gol. Eso sí, sin premio. Y al final llegó el castigo.

En cualquier caso, es digna de destacar la mejoría del Valladolid. Tras cuatro derrotas consecutivas, estuvo cerca de ganar y ofreció una buena imagen con el único borrón del gol de Sergio Sánchez. En cuanto al Espanyol, lo mejor que se llevó, al margen del punto, fue la autoestima de rescatar un partido que en otras circunstancias seguramente hubiera perdido. Eso sí, a Pochettino le queda mucho trabajo por hacer. Tanto como a un Valladolid que necesita hacer más que otros para ganar sus partidos.

El detalle: muchos lesionados en el partido

Casi todos los cambios que tuvieron que efectuar los técnicos vinieron propiciados por las lesiones. Pareja se quedó en el vestuario en el descanso por estar mareado. Valdo y Moisés sufrieron un pinchazo en el bíceps. Pedro López, con molestias, tampoco pudo seguir.