El Levante examina la racha

El Levante llegó ayer sigiloso, sin estridencias, ansiando pasar inadvertido. Le da los titulares a la Unión Deportiva y también le traspasa responsabilidades y pronósticos. Se mueve mejor así, manteniendo en secreto su dinamita y artificieros, con Geijo y Rubén al frente de todos. Vidales, que está sobre aviso, ya ha agitado al personal en la caseta. Con una le vale al Levante. Necesita poco más. Por tanto, en defensa (se admiten apuestas para el cuarteto elegido) ni cabe ni medio despiste. Y de puertas para afuera, cuchillo y convicción. Así se desarma a un equipo que conserva el perfume a Primera por aureola y cartel, aunque su adaptación al ecosistema está siendo lenta y costosa. Pero allá por mayo estará en el lío por el ascenso. Conviene no olvidarlo independientemente de lo que deje esta noche a su paso por Gran Canaria.

Para la Unión Deportiva alcanzar el ecuador elevando los brazos y conjugando la treintena es música celestial. Eso pasa por ganar. Con o sin adornos. Pero amarrar los puntos. Demasiado empate en 2009 como para añadir otro avance menor. Ya no por las exigencias del vagón que alumbra, el de cabeza. También para ahorrar sofocos con los que vienen por detrás. Hay rival grande, partido con aliciente y examen fiable. Buenas notas previas que condimenta el viento a favor que pondrá la afición, que está por la causa y demás milagros.

Sin Miguel García, la brújula la retiene Darino, al que abrigarán Jorge y Nauzet. El primero pone el músculo. Los otros dos se asocian en el talento y demás suertes creativas. Es un triángulo en el que se repartirá mucha del porvenir de la Unión Deportiva, pues el Levante, precisamente en la sala de máquinas, establece su dique para poner freno al que le quiera comprometer. En un área le basta con Geijo y las pinceladas de Rubén. En la otra, Ballesteros, en esta ocasión sin Tena, asume el cerrojo. Lo que queda entre medias lo fía al comportamiento posicional de sus pivotes, a los que les cuesta correr detrás de la pelota. Si Jorge y Nauzet la esconden y Siro pasa la escoba a salvo de amonestaciones, la Unión Deportiva se asegura posesión, iniciativa y horizonte. Luis García amenaza con levantar una trinchera de camisetas que impida triangulaciones y pases a medida, consciente de que meterse atrás convertiría su sentencia en una cuestión de tiempo. Y es que con Marcos Márquez rondando el área no conviene tentar al destino. Protagonista esta semana por ser sueño furtivo del Real Valladolid, Márquez, que es un tipo agradecido por encima de otras capacidades, quiere rendir tributo a una afición que le tiene como reliquia y parte de su sangre. Y ya conocen la manera de ejecutar sus ofrendas.