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Liga Adelante | Salamanca 2- Real Murcia 3

Triunfo sonado de un Murcia al alza

De Lucas selló la victoria en el último suspiro. Los grana levantaron un 2-1 en contra a media hora del final. Pleno de Campos. Por fin fuera de descenso

<b>FAJADOR. </b>Montoro, que fue titular, trabajó duro en el eje.
FAJADOR. Montoro, que fue titular, trabajó duro en el eje.

La resurrección grana suma y sigue. Acumula ya tres victorias seguidas que le sirven para salir de los puestos de descenso y que le valen para afrontar el triple reto consecutivo en NC con la moral y la confianza que sólo dan las victorias y en el mejor momento de toda la temporada. En el reto más complicado de su corta pero exitosa etapa, los de Campos (es otro equipo, es la clara demostración que la plantilla no era tan mala) los grana le mojaron la oreja a un Salamanca que llevaba viviendo desde septiembre en perenne ascenso, a un Salamanca que en todo el curso sólo había encajado tres goles en el Helmántico, a una Unión que no es más equipo que un Murcia que para completar la heroicidad fue capaz de levantarse cuando el marcador le era adverso. Y ésta, la capacidad de reacción (desconocida antes de la llegada de la normalidad, de la llegada de Campos) es, amén de los tres puntos, lo mejor que dejó el Murcia en tierras charras. Cierto que no fue capaz de mantener el buen tono de los primeros minutos durante mucho rato, verdad que el Salamanca se aprovechó de fallos defensivos que no se deben cometer para ganar y para darle la vuelta al marcador (no es normal hacer todos los días tres goles fuera de casa) pero no es menos cierto que los grana fueron corajudos, que pelearon hasta la extenuación, que buscaron con decisión su momento y que lo terminaron por encontrar.

En espera de que el equipo cuaje más, lo que el 'Campos team' ya muestra un sentido del colectivo que en Segunda es capital. Eso y una presión cerca del área rival que fue lo que posibilitó que el Murcia se adelantara en el marcador gracias a un gol de Capdevila que protestó todo el Helmántico al entender que el aragonés estaba en fuera de juego (error de los salmantinos ya que fue a todas luces legal. El balón venía tocado tras ser rozado en el primer palo por Mejía y un rival). Fueron quince minutos muy buenos, probablemente los mejores de todo el año de un Murcia que luego, incomprensiblemente, dio dos pasos para atrás.

El Salamanca empezó a dominar territorialmente. Sus laterales, Gañán y ese Botelho (¡para cuando el Murcia lograra que un grande como el Arsenal le ceda buenos proyectos de futbolistas) ya empezaban a conectar con sus socios Quique Martín y Dañobeitia. Sin generar ocasiones claras, el Salamanca se hizo amo de la pelota. Los centrales grana, más Despotovic, tuvieron que emplearse con denuedo achicando balones aéreos. El Murcia soñaba con llegar a la orilla del descanso con ventaja pero en la última acción del primer periodo, Pino Zamorano (lamentable su arbitraje. Arrastrando dudas y compensando constantemente) decretó penalti por mano dudosa de Ochoa. Quique Martín, a la segunda (se hubo de repetir el penalti) y con celebración-provocación a Elía (soberbio su partido) puso las tablas.

Como era previsible, el gol in extremis dio alas a los locales y metió miedos a un Murcia que sufría por el centro. Con los grana incapaces de mantener el balón, Miku, tras error de Peña, le dio la vuelta al partido. Quedaba media hora y lo que en otra situación (cuatro partidos atrás) hubiese sido motivo de descomposición fue como un par de banderillas tras las que llegó la corajuda reacción.

Show de Pino.

Al poco de sacar de centro, invalidó un gol de Ochoa por falta previa de Núñez. Pese al castigo, pese a la frustración, ese lance fue capital para que los de Campos se dieran cuenta de que se podía. Luego otra oportunidad de Capdevila y tras éstas, el penalti por derribo a Núñez que sólo vio Pino Zamorano -un peligro público, capaz con sus decisiones caprichosas de dar y de quitar por la cara- que Bruno (tomó la responsabilidad) convirtió en el 2-2. En pleno subidón, y cuando todo apuntaba al reparto de puntos, llegó el regalo de Catalá que Núñez supo aprovechar y que De Lucas culminó en gol. La cima estaba hollada. El tercer examen superado. Ahora, el reto de hacer pleno casero y la sensación de que se han tirado cuatro meses. Vuelve el Murcia.

J. Guillamón se mostró eufórico

El presidente no quiso hacer manifestaciones. Se limitó a sufrir en el palco y tras el pitido final a bajar al vestuario al que entró dando voces y al grito de "me voy a dejar la piel por vosotros". Tras dos minutos con los jugadores se despidió sentenciando: "Sólo digo que tenemos un entrenador y una plantilla de Primera". Él también es talismán. Pleno. 3 de 3.