El nuevo Consejo salió escoltado de Anoeta

Cómo es posible que una remoción de censura a un presidente prospere con un 58,69% de los votos cuando en la sala de la Junta los accionistas abuchean el resultado, lanzan gritos de "manipulación" o "pucherazo", y palabras de apoyo al Consejo removido? Eso sólo pasa en la Real Sociedad más esperpéntica y escandalosa de sus casi 100 años de historia, que se cumplen a partir de 2009.

Iñaki Badiola es el primer presidente de la Real que ha sido obligado a dejar su mandato sin haber recibido ni una sola pitada en Anoeta y bajo gritos de "Badiola, quédate". El nuevo Consejo de Administración, formado por la plataforma con sólo dos días de existencia Realaren Lagunak, abandonó la Junta escoltado por la Ertzaintza, porque un grupo de accionistas intentaron pegarles.

Además, la fractura social en el entorno txuri-urdin es más pronunciada que nunca y el club está en preocupante riesgo de disolución. Y a estas horas, la Real no tiene presidente. "Estoy tomando un protagonismo que no me corresponde, porque aún no soy el presidente. Lo deben decidir mis compañeros", señala Jokin Aperribay, cabeza de lista de la plataforma que planteó la remoción. Por cierto, Realaren Lagunak preguntó a dos importantes empresarios guipuzcoanos si querían entrar en la plataforma el viernes por la tarde, horas antes de presentar su comunicado de presentación y a uno, incluso, le propuso ser el presidente.

Tampoco se sabe nada del proyecto a desarrollar. "Estamos muy cansados para pensar en los primeros pasos. El lunes (por hoy) haremos una reunión y empezaremos a marcar nuestra agenda", señaló Aperribay en la rueda de prensa del sábado. Los grandes accionistas han querido echar a Badiola y poner a Aperribay. No quieren ni oír hablar de sacar a la luz la gestión de la Real entre 2004 y 2007. Votaron que no a pedir responsabilidad civil a los presidentes de esas fechas, entre ellos Astiazaran, el 'jefe' de la LFP.