Germán Lux
"Nos tienen que hacer un gol para que despertemos"
El portero del Mallorca analizó el empate ante el Málaga en las tertulias del Valparaíso. Germán Lux, que quiere aprovechar su momento, ha demostrado ser capaz de superar las adversidades que ha sufrido en la vida.
Imagino que el empate ante el Málaga les ha sabido a muy poco.
Fue un punto insuficiente. El Málaga no creó tanto peligro, tuvimos poca suerte en el primer gol y el segundo fue un descuido nuestro. No estamos entrando muy bien en las segundas partes, aunque el domingo mejoramos, pero parece que nos tienen que hacer gol para que despertemos. Aún no somos un equipo sólido.
¿Qué les ocurre?
No lo sé, en los arranques debemos estar muy concentrados porque es donde más fallamos. Estamos recibiendo muchos goles y eso nos obliga también a marcar tres o cuatro goles, y así es difícil.
Se le ha criticado, creo que con exceso, un error que cometió ante el Athletic.
Sí, todavía sueño con ese gol de Llorente. No hay que poner excusas, si cometo errores que me critiquen y punto.
Pero está a un nivel superior al esperado en un portero que salía de una lesión y en los últimos años ha jugado poco.
Vine a una institución en la que hay un gran portero. Moyá tiene toda la confianza del entrenador y lo está haciendo muy bien.
¿Pensó que sería su temporada si traspasaban a Moyá?
Si digo que no sería mentira. No es que rezara para que le vendieran, pero tenía confianza en que fuera mi Liga.
Repasando su trayectoria, lo ha tenido complicado.
Llegué jovencito a un grande como River, tuve la suerte de ir ascendiendo las inferiores y Hugo Tocalli y José Pekerman me llevaron a la selección, jugué el Mundial Sub-20 y los Juegos de Atenas. A partir de ahí, la Copa Confederaciones y perdimos la final con Brasil. Venía el Mundial, pero antes sufrí la muerte de mi hermano y estuve muy mal. Fue algo muy traumático para todos. Regresé a River porque querían que volviera, yo quería dejar el fútbol. Juego unos partidos, no a mi nivel de antes, Passarella me sacó y quedé fuera de la lista del Mundial.
Golpe fuerte.
Fue duro, no tanto como lo de mi hermano, pero me dio mucha bronca. Pero eso ya pasó. Luego estuve cinco meses apartado en River y tuve la suerte de que Nando Pons, el presidente Grande y el Mallorca confiaran en mí.