NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Copa del Rey | Real Unión de Irún

Real Unión: cena con festejo y entrenamiento en Valdebebas

Intensa fiesta irundarra desde el pitido final en el Bernabéu hasta la celebración anoche por las calles

Los jugadores celebraron su triunfo por todo lo alto durante la cena

El césped del Santiago Bernabéu fue el escenario de excepción para el comienzo de la fiesta grande del Real Unión. Exactamente a las 23:00 horas del pasado martes, cuando Medina Cantalejo pitó el final del impresionante 4-3 de Madrid. A partir de ahí se desató la locura. Primero sobre el terreno de juego. Todos los jugadores, titulares, suplentes y no convocados, se dirigieron a uno de los córners del fondo norte, donde se ubicó la gran mayoría de los más de 600 aficionados unionistas que acudieron a Madrid. Saltos, brincos, bufandas y gritos de "Gora Unión, Gora Irún, Gora San Marcial".

La fiesta continuó en la intimidad del vestuario. Cuentan que tuvieron que calmarlos, porque los gritos de los jugadores retumbaban por todos los pasillos del Bernabéu. Exactamente a media noche, cuando el martes dejaba paso al miércoles, el autobús del Real Unión salió en dirección al Asador Donostiarra, donde los irundarras dieron rienda suelta a sus emociones más desenfrenadas. Y ahí llegó la primera sorpresa de la noche. El héroe de la noche, Eneko Romo, se entretuvo en el estadio madridista y tuvo que ir al restaurante en ¡taxi!

Pasadas las 00:30 horas comenzó la cena. O habría que decir la cena-musical. Porque los futbolistas unionistas no pararon de cantar durante toda la noche. Y de postre, un regalo muy especial de Paco Indias, el utillero más famoso de España, el del escudo del Madrid tatuado en el pecho. "¡Con esto habéis conseguido que os lleve las botas toda lo que queda de temporada!", dijo en medio del alboroto generalizado.

La cena terminó a las tres. Que no el fiestón. Los unionistas quemaron la noche y alguno llegó a las ocho de la mañana de ayer, con el tiempo justo para ducharse, cambiarse, desayunar y salir con el equipo hacia la Ciudad Deportiva del Madrid, donde comenzó la larga jornada de ayer. En Valdebebas se encontraron con el aplauso de una treintena de medios de comunicación. Muchas caras de sueño, pero también caras de alegría. La sesión terminó sobre la una. Después, comenzó el viaje de regreso.

El equipo llegó a las 21:00 horas, más tarde de lo esperado, a la Plaza San Juán de Irún. Allí les esperaban, pese al frío y la lluvia, un millar de aficionados coreando el nombre de sus ídolos con el himno del club sonando por la megafonía del Ayuntamiento, engalanado para la ocasión con dos grandes banderas blanquinegras. Fue un recibimiento espontáneo, corto, de unos quince minutos, y sencillo, que terminó con la aparición en el balcón del consistorio de toda la plantilla y los discursos del técnico, el capitán y el autor de gol de la clasificación. Un deseo en común: "Ojalá nos volvamos a encontrar aquí todos para celebrar un ascenso". Y un grito al unísono: "Gora Unión, Gora Irún, Gora San Marcial".