Copa del Rey | Orihuela - Atlético de Madrid
Sin bromas en Orihuela
Aguirre no arriesga y Forlán y Sinama serán titulares
Orihuela está de enhorabuena. Si la visita del Atlético ya era una fiesta, la mala racha de los del Manzanares duplica la suerte del equipo alicantino. Porque Aguirre, con la corbata muy apretada, no está para bromas y, pese a ser una eliminatoria a ida y vuelta ante un Segunda B, no hará experimentos ni rotaciones exageradas. A la ya conocida ausencia de Agüero se unen las de Simao, Maxi y Maniche, pero el once que saltará esta noche a Los Arcos podría ser titular en cualquier partido de Liga o Champions.
A la cabeza, Forlán y Sinama. El uruguayo necesita minutos para ir recuperando el tono y ya se le vio mucho mejor en El Madrigal y el francés ha rendido cuando le han dado la oportunidad. Son una garantía. Por detrás de ellos, surgen más dudas. Sobre todo en la banda derecha, donde Luis García apura sus últimas oportunidades. Sería un gran día para que debutara Keko...
En el medio, Raúl García tomará el liderazgo que por carácter y compromiso le corresponde. El fútbol le había abandonado ligeramente a principios de curso, pero también va a más. Y junto a él, Camacho, que sale reforzado cada vez que juega él y cada vez que lo hace Assunçao. Banega pagará con el banquillo su cruce de cables ante el Villarreal.
Mientras, el Orihuela se lo toma con calma. Su objetivo es llegar con vida a la vuelta del Calderón, aunque tendrá que hacerlo sin su jugador más representativo, el ex atlético Tevenet, que está lesionado. Su estrella es el pichichi Iban Espadas, con experiencia en Primera en el Zaragoza. Con la defensa del Atleti enfrente, cualquier cosa es posible.
Conexiones.
Tampoco el inicio de Liga está siendo sencillo para el Orihuela, que aspira al ascenso, pero está decimotercero a seis puntos de la liguilla. En verano, los problemas económicos le hicieron flirtear con su segunda desaparición, después de que en los noventa ya tuviera que ser refundado. También en aquella década vivió su momento de gloria, cuando rozó el ascenso a Primera en 1991 gracias a los 23 goles de un tal García Pitarch.
Hoy, aquel delantero es el director deportivo de un Atlético de altibajos en el que nadie estaría a salvo si el Orihuela agarra una onda y se disfraza de David. Aguirre lo sabe mejor que nadie, así que saca estrellas. Está bien que por una vez, aunque sea por miedo, los grandes respeten la Copa.