NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Copa de la UEFA | Deportivo 2 - Brann 0

Riazor vibró en una noche épica

Jugó con diez desde el 29' Colotto marcó los dos goles Aranzubia detuvo tres penaltis en la tanda

Los jugadores celebrando el triunfo
Los jugadores celebrando el triunfo

El Deportivo incrementó ayer un poquito más su leyenda europea. No era la Champions, ni el Milán, pero lo que hicieron ayer los pupilos de Lotina se merece sobradamente el adjetivo de épico; y como en toda Ilíada tenía que haber héroes. Dos de los jugadores que peor lo pasaron en la ida fueron los encargados de evitar la tragedia griega que tejió el desastroso árbitro que ayer correteó por un Riazor entregado a su equipo. Colotto llevó con sus dos goles al equipo a los penaltis y ahí remató la faena Aranzubia, enorme parando tres lanzamientos de la tanda.

El guión de la remontada arrancó como la seda. Tras diez minutos de intercambio de golpes, el Deportivo se hizo amo y señor del partido. La banda izquierda era una autopista, Valerón encontraba huecos y Colotto cabeceaba el 1-0 a los 18 minutos tras un córner. El argumento emocionaba a Riazor, pero como en toda película, siempre hay un malo. El problema de la que vimos ayer, es que el malo era el juez. Un checo, de nombre Pavel y apellido Kralovec, pidió el papel de protagonista a base de nefastas y casi sospechosas decisiones. Con un Brann repartiendo patadas a diestro y siniestro, Kralovec decidió expulsar a Riki por dos absurdas amarillas. El madrileño las pudo evitar, vale, pero no hay derecho, medir esas cosas como tarjeta y permitir tanta y tanta dureza.

Sólo iba media hora, pero el Depor no se descompuso, al contrario, tiró de corazón, de fe, de fútbol, y se hizo dueño y señor del partido. La tuvo Omar Bravo, Lafita y Mista, pero era la noche de Colotto. El argentino tuvo un debut horroroso, precisamente ante el Brann, y ayer se resarció con un doblete enorme, colosal. Dos cabezazos, el segundo de delantero centro nato, hicieron la justicia en el marcador, que otros de negro se empeñaron en negar.

El 2-0 no frenó al Depor, todo lo contrario. Los de Lotina creyeron en la victoria, la buscaron y Mista, en dos ocasiones, Guardado y Lafita, la tuvieron. También pudo llegar el penalti, pero una ceja sangrante de Lopo, tras recibir un codazo en el área, no le pareció suficiente al ínclito Kralovec. Supongo que durmió bien, porque estos personajes que manchan el fútbol no saben lo que es remordimiento.

Justicia.

Si este verano España vio como los penaltis le devolvían parte de justicia histórica ante Italia, ayer al Depor también recibió su parte. Un inconmensurable Aranzubia, que detuvo tres penaltis, dejó al Depor donde su fútbol y corazón merecían: Europa.