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champions league | villarreal 1 - celtic 0

Senna allana el camino del Villarreal

Triunfo clave para los de Pellegrini ante un duro Celtic que se defendió bien e incluso tuvo sus ocasiones ante Diego López. El Villarreal dominó el partido sin demasiado brillo pero se llevó la victoria gracias a un golazo de falta de Senna.

<strong>LA TUVO.</strong> Rossi tuvo una de las mejores ocasiones del Villarreal, pero no acertó a batir a Boruc.
LA TUVO. Rossi tuvo una de las mejores ocasiones del Villarreal, pero no acertó a batir a Boruc.Reuters

Suma y sigue para el Villarreal que sigue convirtiendo en sinónimos los verbos jugar y ganar. No sólo eso. Los de Pellegrini ganan todo tipo de partidos, en los que avasallan y en los que domina de forma más discreta. Hasta gana por inercia, como en El Molinón. Hasta ganar simplemente porque es mejor, porque tiene un plan que cumple a rajatabla hasta que la realidad se pliega a él. Parece sencillo, pero es madurez. El crecimiento de un proyecto absolutamente asentado y de un equipo que juega de memoria y vestido siempre de etiqueta. Su determinación no es volcánica sino mesurada, una prolongación del carácter de su entrenador en el campo. Su brújula señala siempre hacia el juego de combinación, la paciciencia, la confianza en los propios recursos, la seguridad de que hay muchas formas de ganar, pero la más fiable siempre será hacer las cosas como mejor sabes hacerlas.

De esta forma, el Villarreal gana partidos y tiene ya un status, una jerarquía sobre equipos como el Celtic, que desplegó todo lo que tiene en El Madrigal y que completó un partido muy digno ante un tibio Villarreal que sufrió hasta que Senna, ese futbolista que hace todo bien, siempre, rompió el partido en el minuto 67 con un lanzamiento de falta perfecto, que cogió vuelo para sortear a la barrera y cayó depués a plomo para hacer estéril la estirada de Boruc.

A partir de ahí, el Villarreal se sintió todavía más superior. Tocó con más alegría, con Cani ya en el campo, y pudo ampliar el marcador ante un rival entregado, que encajó el gol como un descabello cuando empezaba a replegarse y a perder el orden por agotamiento, cuando su dibujo empezó a ensuciarse en torno a su portería. Antes, Gordon Strachan había planteado un partido serio y todo lo valiente que su equipo puede ser.

Equilibrio de fuerzas en la primera parte

Sorprendentemente, el Villarreal tardó en tomar el mando del partido en la primera parte. De hecho, durante muchos minutos, asomaba el riesgo de un inicio similar a su anterior experiencia en Champions, dos empates a cero (entonces ante Manchester y Lille). Sin las rotaciones de Old Trafford, los amarillos pusieron todo lo que tenían en el campo, pero se encontraron de salida con un Celtic que adelantó la defensa más de lo habitual fuera de su estadio y que buscó la pelota con la movilidad de Samaras, un delantero de oficio que juega bien como islote en ataque y que dio trabajó al villarreal cayendo a la banda izquierda, la actividad de Nakamura y la participación de McGeady. Crosas, el canterano del Barcelona, se quedó en el banquillo. Brown era el encargado de rascar y los minutos transcurrían demasiado cómodos para un Celtic que empezó a sufrir con dos intervenciones de Rossi, que puso a prueba a Boruc. En una de ellas, tras un pase magistral de Eguren, el rechace del portero quedó franco para Llorente, muy activo pero poco afortunado, que no acertó.

Un error de Godin cerca del descanso obligó a Diego López a sacar un mano a mano a Samaras, lo que confirmaba que la noche no era tan plácida como podía parecer para un Villarreal que insistía sin demasiadas luces, con Ángel incrustado en el ataque y muy participativo en la banda derecha.

En la reanudación, McManus volvió a exigir a Diego López, que volvió a responder con una buena acción de reflejos. El Celtic había vuelto a salir del vestuario muy activado, tocando el balón y apurando sus escasos recursos: balones a Samaras y jugadas al balón parado ejecutadas por Nakamura. El Villarreal no tuvo lucidez pero sí paciencia y orden. Senna, que ya había probado puntería en un par de ocasiones, marcó de falta y el trabajo quedó hecho, aunque McDonald dio el último susto a un cuarto de hora del final con una volea que se fue por encima del larguero. Ahí se acabó definitivamente un Celtic que fue más rival de lo esperado. Aún así, cuatro puntos en dos partidos para los castellonenses y el Aalbrog a la vista. Un partido práctico y aseado y un paso de gigante hacia los octavos. Así es el Villarreal, firme en sus pasos y cumplidor a rajatabla con su hoja de ruta.