Recital de Moyá y Ayza

El Deportivo necesitaba lavar ante el Mallorca su pésima imagen de UEFA y lo consiguió en parte. Logró recuperar el buen juego y las sensaciones de equipo seguro, pero se tuvo que conformar con el empate gracias a la gran actuación de Moyá y a la nefasta tarde de Ayza Gámez. El portero balear fue un muro infranqueable en la primera parte, en la que el Deportivo dispuso de hasta cinco claras ocasiones de gol. En el segundo tiempo el protagonismo fue para Ayza Gámez, que expulsó de forma absurda a Omar Bravo. El mexicano se lanzó a por un balón dividido y chocó con Moyá. El árbitro valenciano, que de fútbol más bien debe saber muy poco, tiró de bolsillo y expulsó con roja directa al delantero deportivista. Su recital no se terminó ahí, ya que tuvo tiempo en la segunda mitad para sacar ocho amarillas más, que unidas a las dos del primer tiempo, dan diez. Premio.

Baile táctico. El protagonismo arbitral fue tal que el recital de tarjetas de Ayza Gámez fue lo que marcó las decisiones tácticas de los técnicos en el segundo tiempo. Lotina, tras la expulsión de Omar Bravo, reforzó la media con Juan Rodríguez y sacó a Lafita como delantero; mientras Manzano se la jugaba con Jurado y Webó. La siguiente piedra de toque fue la expulsión por doble amarilla de Navarro: Aduriz al banco y Ramis entró para asegurar el empate, y por el Depor, Bodipo por Pablo Álvarez en busca de un gol que nunca llegó.

Claro que asegurar que la actuación del árbitro fue la única causa del empate sin goles, tampoco es justo. Lotina regresó a la defensa de cuatro y las bandas, tanto la de Pablo Álvarez como la de Guardado, se convirtieron en puñales. La velocidad y verticalidad blanquiazul generó dudas en la defensa bermellona, pero Verdú, Guardado, Pablo Álvarez y sobre todo Omar Bravo, se encontraron siempre con la inspiración de Moyá o su falta de acierto, a elección del consumidor.

El Mallorca, por su parte, buscaba su camino a través de la posesión, aunque el juego horizontal y la nefasta tarde de sus atacantes, se lo ponían bastante fácil a Aranzubia. Aduriz y Trejo eran muebles sin uso, mientras que Arango, que por calidad y rango debería de llevar la batuta en ataque, ni siquiera inquietó a balón parado.

Tres jornadas son pocas para sacar conclusiones, pero Depor y Mallorca necesitan un antídoto para su falta de gol (expulsiones al margen). Los baleares llevan un tanto en tres jornadas y los de Lotina suman tres partidos (dos de Liga y uno de UEFA) sin ver puerta. Si el mal no se soluciona rápido, el espíritu de Güiza pronto sobrevolará Mallorca y viejos fantasmas, ya sea con defensa de cinco o de cuatro, volverán a Riazor.