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Primera | Real Madrid

Van der Vaart: "Soy un jugador hecho en la calle"

Rafael van der Vaart explicó ayer en la redacción de AS la esencia del fútbol holandés con humor español. Su padre admiró a Neeskens y él, a Romario. Por el brasileño simpatizó de niño con PSV y Barça. Pero para jugar eligió el Ajax y el Madrid, "el mejor club posible para mí".

Luis Nieto
Van der Vaart visitó AS.
jesús aguilera

Choca escuchar a Van der Vaart (Heemskerk, Holanda, 1983) arrancarse en inglés ("Entiendo el español y lo hablo en el vestuario, pero aún no me atrevo en las entrevistas", se excusa educadamente), porque bracea, gesticula, bromea y esquiva las preguntas comprometidas como un español de catálogo. Y se llama Rafael. "Como Nadal, al que conocí en Hamburgo", presume. Queda claro que en el reparto de tareas domésticas su padre le dejó el entusiasmo por el fútbol y su madre, natural de Chiclana (Cádiz), la espontaneidad latina.

A Van der Vaart le aguardan a su llegada a AS las mejores fotografías de su presentación. "¡Qué gran estadio el Bernabéu! Incluso vacío. Yo sólo había estado una vez como espectador, hace tres o cuatro años. Curiosamente, en un partido contra el Numancia, pero desde dentro impresiona más. Fue muy hermoso el primer partido, aunque sólo estuve cuarenta minutos sobre el césped (Iturralde le expulsó en su estreno oficial, ante el Valencia). No me sentí nervioso. En realidad, había cumplido el sueño de jugar en el mejor club del mundo". Un club al que llegó desde la niñez blaugrana, que tuvo una explicación sincera ante el sanedrín de AS: "Mi abuelo era un gran aficionado al fútbol y simpatizaba con el Barça, y a mí me gustaba porque allí jugaban muchos holandeses y Romario, pero ahora soy del Madrid. Además, el ídolo de mi padre siempre fue Neeskens. Sabía que Cruyff era el mejor del mundo, pero a él le gustaba más Neeskens. En Holanda me pasó igual. Mi equipo era el PSV porque allí jugaba Romario. Pero después fiché por el Ajax y me cambié". Allí, en el Ajax, empezó todo. Van der Vaart tenía diez años y jugaba en el De Kennemers. Su padre decidió llevarle al Día del Talento que organiza anualmente el equipo ajacied. Aseguran que probaron 2.000 futbolistas y sólo se quedaron tres. Uno de ellos, Rafael: "No hay mejor escuela en el mundo para un chaval. Hasta te ponían deberes futbolísticos. "Esta tarde, cuando llegues a casa, tienes que darle cincuenta toques al balón sin que caiga al suelo", me decían. Tienen grandes entrenadores, buenas instalaciones y un gran gusto por el fútbol técnico".

La caravana. Tanto como el Ajax le ayudó a Van der Vaart su origen: "Es verdad que mi familia vivía en una caravana, y sigue viviendo allí. En España esto parece raro, pero es bastante normal en Holanda y no tiene que ver con la situación económica de una familia. Es un estilo de vida muy holandés, muy libre. Y en esas condiciones, a mí me resultaba muy fácil jugar al fútbol. Yo soy un futbolista de calle. Y de la calle han salido la mayoría de los futbolistas con talento. Es el mejor sitio para aprender". También en la calle afloró su habilidad a balón parado: "Cada vez que me ponía a jugar con mi padre no hacía otra cosa que golpear el balón. Ahora mismo no podría explicar cómo le pego, porque para mí es un movimiento natural, algo que he hecho siempre". Con 14 años ya tenía un contrato semiprofesional en el Ajax y con 17 era jugador del primer equipo, una carrera con botas de siete leguas. Después de cinco años en el club, se marchó al Hamburgo, que ya no era una potencia continental: "Sentí que mi etapa en el Ajax estaba agotada. ¿Por qué el Hamburgo? La temporada anterior había sido la más floja de mi carrera y ellos fueron los únicos que me quisieron". La temporada pasada pretendió ficharle el Valencia: "Esperé y me ha salido perfecto", señaló ayer. ¿Y cuándo se decidió por el Madrid?: "Pues en el mismo momento en que me dijeron que me querían. Aquello fue después de la Eurocopa".

Su presentación tuvo un aire familiar. Sobre el Bernabéu posó con su esposa, su hijo, su madre, sus abuelos... y Di Stéfano. "Mi abuelo me ha hablado mucho de él. 'Éste es, éste es', me repetía durante la presentación. Son de la misma edad. Sé que Di Stéfano ha sido un símbolo del club", afirma mientras ojea una fotografía antigua de La Saeta reproducida por la revista de la FIFA. "La Liga española es perfecta. El domingo vino aquí el Numancia, un equipo sin apenas nombre, e hizo un fútbol sensacional. Fue un gran partido para el espectador. En la Premier se juega más en largo, es más física. Aquí la técnica es superior y a mí me va mejor. Yo también soy un admirador del tiqui-taca que practicó España en la Eurocopa. Fue la mejor selección, aunque nosotros también lo hicimos muy bien en tres partidos. Lo echamos todo a perder por una tarde mala, ante Rusia".

Aún no tiene profesor de español, pero su mitad latina le hace sentirse cómodo en Madrid. Su esposa cumple con sus compromisos profesionales en Alemania, aunque en breve vendrá a vivir a la capital. Su belleza también la ha convertido en una celebridad aquí: "Es guapa, sí. Y sé que nos han comparado con los Beckham, pero no tenemos nada que ver. Simplemente, mi mujer prefiere tener una vida profesional a quedarse en casa".

El milagro. Vuelta al fútbol, y a su estreno oficial ante el Valencia: "No había visto en mi vida a un equipo ganar un partido con nueve jugadores. Aquello fue increíble". En la tertulia sale el nombre de Schuster: "No le vi jugar, pero mi padre me habla mucho de lo bueno que era. Se ve en los rondos. Es un gran entrenador. No habla demasiado, pero le gusta el buen fútbol. Y además, me entiendo con él en alemán". También se habla de Raúl: "Es el gran capitán. Tiene 31 años y a esa edad se puede jugar muy bien al fútbol. Yo sólo estuve cinco años en el Ajax y parecían muchos... y él lleva catorce en el Madrid". Y de Guti: "Piensa antes que los demás y mete unos pases asesinos". Y de Huntelaar: "¿A quién no le gustaría jugar en el Madrid?". Y de Van Nistelrooy: "Le quedan aún tres o cuatro años buenos. Y más ahora, en que ya no jugará con Holanda". Y de Robinho: "En esto cada uno tiene sus gustos. Para mí lo máximo es el Madrid. Para él lo es el City. Fue una sorpresa". Y de Sneijder: "Él me lo ha contado todo. Y me ha hablado de Cibeles. Dice que los títulos los celebran un millón de personas. Se me pone la piel de gallina", afirma con una sonrisa mientras contempla a distancia una fotografía de gran tamaño en la que los jugadores del Madrid festejan la Séptima Copa de Europa encaramados al monumento. "Sneijder y yo jugábamos juntos con Koeman. Y muchos decían que la cosa no funcionaba porque el equipo era demasiado ofensivo. Pero se ha demostrado en la selección que somos compatibles. ¿Y Guti? Pues yo espero que alguna vez juguemos juntos los tres".

No se sabe bien si vino con esa idea o se la contagió el vestuario, pero Van der Vaart dispara directo al blanco: "El gran objetivo es la Champions. Hace seis años ya que el equipo no la gana y es importante para el club volver a conquistarla. Yo sí creo que tenemos plantilla para ello, pero en esta competición hace falta suerte. Yo vi la eliminatoria contra el Roma de la temporada pasada. El Madrid mereció ganar holgadamente en el Olímpico y, sin embargo, en la vuelta...". De los rivales, se suma a la mayoría. El peligro está en la Premier: "Son difíciles el United y el Chelsea. También el Bayern, que no juega muy bien, pero es muy fuerte". De momento, no dejó buenas vibraciones el estreno ante el BATE Borisov: "Hicimos veinte minutos buenos. Luego bajamos, aunque sabemos que no debimos hacerlo".

Y acaba con el reparto de oscars. "El gol de Van Basten a la URSS en el 88 es el mejor que he visto". "Yo le daría el Balón de Oro a Casillas antes que a Cristiano. Es, junto a Van der Sar, el mejor portero del mundo". "El mejor futbolista del planeta es Messi. Yo tengo la suerte de que no me tocará defenderle nunca. En realidad es imposible hacerlo".