Luis García I de España

Luis García estaba oculto, casi sin intención de dar un mordisco asesino. Pero lo hacía para disimular. Tenía su veneno muy bien guardado para el momento adecuado, ese que distingue al buen depredador del mediocre y le permite cazar a su presa por despiste. Y ¡pum! El veneno salió de un toque perfecto lleno de energía que aniquiló al Recre y permite al Espanyol mandar entre los grandes. En Montjuïc se frotan los ojos al verse líderes. Dos partidos, dos goles, dos victorias. Pero el pasado quizás le haya enseñado que todo esto es como acaba, el comienzo sólo vale para crecer y soñar. De momento, el sueño sigue presente, en todo lo alto. En Huelva ese sueño se ha parado. Aunque nadie había levantado los pies del suelo, el triunfo ante el Betis elevó la moral de un equipo comprometido con la causa, e inteligente con su idea. La salvación no se logra sin sufrimiento. Y su afición ya ha aprendido a sufrir. Ayer no vio a ese Recre eléctrico y veloz, sino a un equipo fallón en el pase y sin puntería. Ni Colunga, el crack albiazul de esta temporada, pudo desarbolar a un entonado Kameni. El portero camerunés le sacó un balón que se colaba por la escuadra, pero se quedó sin todo el protagonismo por culpa de su compañero Luis García. Los números son claros y defienden al ariete.

El Espanyol sólo ha necesitado dos goles para colocarse arriba. Ambos del asturiano perico. Kameni también ha puesto su granito de arena (cero goles encajados), aunque el internacional español se llevará todos los elogios. Además deja escondida la mala racha goleadora de Tamudo, al que apenas se le vio por Huelva. Márquez necesita a su 23 si el Espanyol quiere mantener su racha.

El partido necesitaba un protagonista y el primero en apuntarse fue De la Peña. El cántabro se inventó una vaselina que sorprendió a Riesgo, pero el larguero evitó todo un golazo. La mala suerte le privó de después gustarse en Huelva. Colunga ganó votos para ser la estrella, hasta que Kameni le quitó la sonrisa de la cara. El ex de Las Palmas acusó a veces de individualista y favoreció el trabajo de la zaga visitante.

Hasta la aparición final de Luis García todo iba encaminado al tedio, quizás debido al intenso calor que ayer dejó sin ideas a más de uno. Incluso a González Vázquez, que se cayó, interrumpió un pase del Espanyol y dejó sin sancionar un toque de Román a Colunga dentro del área. Pensó que no era lo suficiente como para derribar a alguien. Luego llegó el gol de Luis García tras una contra perfecta. Una jugada que permite al Espanyol a colocarse puntero y frena en seco las ilusiones del Recre. El asturiano manda en la Liga y apunta a la Selección. Le queda mucho veneno para cazar más presas. Por sorpresa o sin ella.