Ballack no se entrenó, pero nadie le ve fuera

La figura de Ballack no apareció sobre el césped del Ernst Happel Stadion ayer y sonaron las alarmas. La Federación Alemana había mantenido en secreto que Ballack se levantó el viernes con los dos gemelos como piedras. Ese día no se entrenó (nadie lo supo porque la sesión fue a puerta cerrada). De los dos gemelos el derecho es el que más preocupa. Ballack ni siquiera salió ayer del hotel, siendo tratado a contrarreloj por los médicos, que conservan alguna esperanza de que juegue aunque sus mensajes alarman ("sus opciones son de un 15%") . Su participación parece difícil y hay fuertes rumores de que la dolencia ha sido provocada por el estrés. Nunca le ha ido bien en una final. Pero en el bando español nadie acaba de creer que el del Chelsea se perderá el partido.

La lesión de Ballack ha sido definitiva para aplacar el ánimo de los alemanes. Es el capo de la expedición, el que tomó la voz para obligar a Löw a cambiar el sistema al 4-5-1 para jugar con más libertad. El crack ha intervenido en todas las decisiones dentro y fuera del campo. Él y Frings (núcleo duro del vestuario), que decidieron dejar a sus mujeres en Alemania, fueron los que prohibieron la entrada de las novias de los demás futbolistas (después de que a Schweinsteiger le hicieran fotos besándose con su novia). El propio 'Schweini' recriminó a Ballack su actitud negativa con algunos compañeros, a los que ha llegado a increpar en el campo por no hacer bien las cosas. Es el único que le contesta.

El gafe de las finales persigue a Ballack. En su primera temporada en el Leverkusen, con 20 años, se marcó un gol en propia meta ante el que Unterhaching que le costó a su equipo la Liga. También ha perdido dos finales de la Champions, una con el Leverkusen en 2002 (ante el Madrid) y otra con el Chelsea este año (ante el United). Además, no disputó la final del Mundial de 2002 ante Brasil (Alemania perdió) por acumulación de tarjetas. Tampoco le fue bien en el Mundial de 2006, donde cayó en semifinales ante Italia. No tiene en su palmarés título internacional alguno (sólo cuatro Bundesligas) y aunque la comparación con Beckenbauer es inevitable, aún le falta para alcanzar el rango de leyenda.