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Eurocopa 2008 | La Euroguerra

Brindis

Juan Cruz

Vino.El primer gol fue el resultado de una aventura ensayada en sueños. Los Príncipes lo celebraron en el palco como si fuera la victoria final de un equipo orgulloso de tener en los pies el futuro del fútbol. Esa jugada fue mucho más que un ensayo: fue un poema que escribieron juntos dos futbolistas clásicos, Iniesta y Xavi; acostumbrados a entenderse mientras respiran dejaron la impronta de la belleza. Lo celebramos con vino, en casa de Joan Manuel Serrat.

Tortilla.Después del Perinet, la tortilla. Excelente condimento para la alegría. Yuta, la esposa del cantante, puso el plato sobre la mesa; y, de pronto, otro jugador de la antigua liga de la cantera del Barça remató a gol como si se resolviera el futuro. Serrat se levantó como si estuviera en el estadio, abrazando a Güiza en la distancia perfecta del espectador alegre, brindando.

Y tres.Cuando se produjo el tercer gol hubo un canario en la sala que gritó como si lo hubiera metido él. Silva fue la consecuencia de la sabiduría, como si un vino guardado con mimo expusiera su olor. La euforia no tiene que ver con la casualidad, sino con el juego, y eso permite brindar por el porvenir como si ya lo hubiéramos ganado. ¿Y Fábregas? Ah, ese es el vino gran reserva.