Eurocopa 2008 - Semifinales | Rusia - España
Arshavin ha perdido dos capitanías por su carácter
Una juerga le costó la del Zenit; una patada, la de Rusia
Arshavin ha hecho del cambio de ritmo su inevitable forma de vida. En el césped se muestra eléctrico. Fuera de él sus salidas de tono son imprevisibles, influyentes, letales para él o para los que le rodean. Detrás de ese aspecto de niño bueno, de su extraña vocación por diseñar moda, de una infancia sin padre y repleta de problemas económicos, se esconde una paradójica mezcla de huracán y Maquiavelo. Se rumorea que Andrei, en el Zenit, sugiere a Advocaat la alineación titular de algunos compañeros. O peor: que el holandés le hace caso. Más público es el hecho de que haya logrado cambiar la política de primas del equipo de San Petersburgo. Antes cobraban más los que más jugaban. Luego, él exigió que todos los futbolistas percibieran lo mismo. Un sindicalista del balón.
"Es el líder allá donde va", dice de él Onopko. Un líder sin tronos, sin las dos capitanías que ostentaba hasta hace un año. En el último partido de clasificación para la Eurocopa, en el que Rusia pasó a la fase final, el pequeño Zar le pegó una patada sin balón al andorrano Ildefons. Hiddink le castigó quitándole el brazalete, como antes había hecho Advocaat en el Zenit... Porque a Andrei le dio por salir de copas justo la noche antes de un partido de liga crucial, ante del Spartak.
Con todo, al único técnico que guarda rencor Arshavin es a Oleg Yartsev, seleccionador ruso de 2002 que lo dejó fuera del Mundial tras preseleccionarle junto a otros 26 jugadores. Pero en Hiddink ha encontrado a su técnico ideal: "Él ha traído libertad y tranquilidad a Rusia", dijo Andrei a la web de la UEFA. El aprecio es mutuo, porque Guus está deseando que el punta explote en algún gran campeonato. El ex jugador azulgrana Korneiev, ayudante y voz autorizada de Hiddink, así lo expresaba: "Las características de Arshavin son ideales para la Liga. Ojalá juegue en el Barça".