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España 0 - Italia 0 | Todos estabamos con la selección

La noche más feliz de la Plaza Roja de Colón

Las paradas de Casillas y el gol de Cesc desataron la fiesta

Actualizado a

Y gol de Cesc. España acababa de eliminar a Italia con el mayor sufrimiento posible, en los penaltis, y los más de diez mil aficionados que abarrotaban la Plaza Roja explotaban de alegría tras el penalti del 10 de la Selección.

Es lógico. Muchos, muchísimos de los hinchas que se agolpaban en la Plaza desde horas antes del partido no habían visto nunca nada igual a lo de ayer. La noche de San Juan se adelantó 24 horas en Colón. Había que celebrarlo: "¡Estamos en semis!", "¡Vamos a ganar la Eurocopa!", se oía.

Ángels Barceló dio en el clavo nada más comenzar la retransmisión de Cuatro: "22 de junio, el día que va a cambiar la historia de España". Toda una declaración de optimismo, lo que más hacía falta. Porque el partido contra Italia despertaba, tanto en los aficionados como en los invitados a la mesa de la Zona Cuatro, una extraña sensación, mezcla de confianza y temor. "Es imposible que pasemos, Italia tiene mucha potra", decía un aficionado en Colón, "¿Por qué no? Claro que podemos", le respondía su compañera, haciendo suyo un lema que parece que está dando suerte.

Ni siquiera los componentes de Amaral se ponían de acuerdo. Eva era la mitad más optimista: "Estoy segura de que vamos a ganar", mientras que Juan prefería no caer en la euforia: "Yo prefiero ser prudente, no sé lo que pasará".

Italia era el equipo que nadie quería para los cuartos de final, esa barrera que tan mal se nos había dado siempre. Nadie, excepto José Campos. El empresario no se cortó un pelo en su pronóstico: "Va a ser un partido fácil. Yo lo veo como un partido amistoso". Sin tanta fe, Kiko Veneno también confiaba: "Mi corazón dice que no vamos a llorar".

Ayuda extra. Lo que está claro es que para ganar a Italia no es suficiente ni con 120 minutos de dominio y ocasiones. Nico Abad, por si acaso, puso de su parte haciendo vudú con el muñeco de Cuatro sobre los italianos Toni y Buffon. Parece que funcionó, ya que Toni no marcó y Buffon, el más odiado por los aficionados de Colón, paró "sólo" un penalti.

Ni Mercedes Cabrera pudo ocultar sus nervios ante el partido. La ministra se presentó con la camiseta de la Selección que le regalaron los jugadores, otro amuleto más, que cualquier ayuda es poca. Ahora espera Rusia, y como dijo José Ángel de la Casa: "Queremos, sabemos y ¡podemos!".