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Eurocopa 2008 | Croacia 1 - Turquía 1

La fe lleva a Turquía a las semifinales

Turquía se llevó el gato al agua en los penaltis y se convirtió en la segunda semifinalista de la Eurocopa. Croacia fue mejor durante los noventa minutos de partido, mientras que la prórroga fue de dominio otomano. Los goles de Klasnic y Senturk llegaron en los últimos minutos del tiempo extra. Modric, Srna y Rakitic fallaron sus lanzamientos desde el punto fatídico.

ABEL ROMERA
<strong>SALVADOR.</strong> Rustu arregló en los penaltis su fallo en el gol croata.
SALVADOR. Rustu arregló en los penaltis su fallo en el gol croata.AP

El segundo partido de cuartos de final de la Eurocopa enfrentaba a dos equipos muy diferentes según lo visto sobre el césped durante la fase de grupos. Croacia y Turquía se veían las caras en busca de una plaza en las semifinales. Los de Bilic llegaban cargados de confianza tras el pleno logrado en sus tres partidos anteriores, mientras que los otomanos seguían vivos gracias al milagro de los últimos minutos frente a la República Checa.

Los dos equipos comenzaron el encuentro obsesionados con la portería rival y convirtieron el primer tramo del partido en un correcalles. Un disparo de Altintop desde la frontal del área y la inmediata respuesta de Croacia, en una jugada en la que Srna estuvo lento, hicieron subir la temperatura del choque.

La mayor claridad de ideas de Croacia era contrarrestada por la agresividad y por la perfecta colocación sobre el campo de Turquía. Pero fue entonces cuando apareció por primera vez en el partido Modric. El flamante fichaje del Tottenham inglés se incorporó con velocidad al ataque y puso en bandeja el primer tanto a Olic, que mandó su disparo al larguero a puerta vacía ante la incredulidad de sus compañeros.

El paso de los minutos sirvió a los croatas para encontrar la forma de romper la línea defensiva turca y para hacerse de este modo con el control del partido. Mientras tanto, su rival hacía gala de su ineficacia ofensiva y centraba todos sus esfuerzos en reducir al máximo los espacios a su oponente.

Quizá, lo peor que le pudo ocurrir a Croacia fue darse cuenta de su superioridad, lo que le llevó a bajar el pistón y permitir a los de Terim igualar de nuevo las fuerzas sobre el terreno de juego. Esta relajación le pudo costar muy cara a los de Bilic. El jugador del Besiktas, Gokhan, estuvo cerca de poner la sorpresa en el marcador con un disparo lejano que salió junto al palo de Pletikosa.

El juego de ambos equipos durante la primera mitad fue lo más parecido a una montaña rusa. Croatas y turcos se turnaron en la iniciativa del juego, lo que deparó que al descanso las espadas siguieran en todo lo alto y con todo por decidir.

Miedo a recibir un gol

La segunda mitad comenzó con una jugada propia de un circo. Rustu demostró el porqué de su suplencia en la selección turca en una jugada en la que su indecisión en la salida permitió a Olic llegar a un balón al que nunca hubiese llegado sin su colaboración.

A medida que avanzaba la segunda mitad se apreciaba en ambos equipos el miedo a recibir un gol que les complicase la clasificación para semifinales. Esto provocó que el partido bajara en intensidad y las jugadas de ataque brillaran por su ausencia.

Pases imprecisos, tiros lejanos, juego horizontal y renuncia al ataque fueron las notas predominantes tras la reanudación. Entre medias de ese cúmulo de despropósitos estaba Modric, el único que parecía capaz de dar un vuelco al partido con uno de sus destellos. Una jugada iniciada por él pudo romper el empate, pero Rakitic mandó el esférico a las nubes.

Cuando ambos equipos parecían conformarse con la prórroga, Rustu se elevó a la escuadra de su portería para sacar un magnífico disparo de Srna en un saque de falta que iba camino de quitar las telarañas del marco turco. En el último minuto el ex guardameta del Barcelona volvió a salvar a su equipo ante la última embestida de los de Bilic.

La prórroga, con un final de locura

La falta de acierto de cara a gol obligó a echar mano del tiempo extra, que se inició con una jugada individual de Tuncay que obligó a Pletikosa a despejar a córner. Fue el inicio de la mejor Turquía de todo el encuentro. Los de Terim se mostraron más decididos en ataque que su rival y estuvieron muy cerca de lograr el ansiado gol. Enfrente, una Croacia adormecida, sin fuerzas y desaparecida en ataque.

Fue en el último suspiro del encuentro cuando llegó la locura en Viena. Klasnic aprovechó la monumental cantada de Rustu, una vez más en la salida, para marcar el tanto que ponía el pase a Croacia a punto de caramelo. Pero, cuando la afición croata y sus jugadores rozaban la gloria, apareció Senturk, que con un potente disparo desde dentro del área lograba un empate épico.

El empate hizo inevitable que ambas selecciones se jugaran el pase a semifinales en la lotería de los penaltis. La suerte se decantó esta vez del lado turco. El fallo de Modric, Rakitic y Petric fueron decisivos y dieron el pase a Turquía.