¡Que Villa España...!

Suecia 1 - España 2 | La contracrónica del partido

¡Que Villa España...!

El Pichichi de la Eurocopa nos salvó sobre la campana con un golazo para la historia. Camacho cantó eufórico desde el palco de Cuatro una victoria que había vaticinado el gran Labi, su genial ángel de la guarda. Grande Villa. ¡Podemos!

Puxa Asturias. Hasta hace dos años era otro hijo de Don Pelayo, Fernando Alonso, el que mantenía despierto a este país hasta altas horas de la madrugada vibrando con sus hazañas y esa prodigiosa facilidad para hacer diabluras con el Renault azulón en sus manos de acero. Este verano le ha tomado el relevo otro paisano suyo, nacido en Tuilla hace 26 años. David Villa Maravilla. Un Guaje que a las ocho menos diez puso en pie a un país entero, nuestro país, nuestra España del alma. Después de la ensalavilla rusa del pasado martes nos faltaba la picadura heroica de este hijo de El Molinón que esta tarde completará su fin de semana de gloria con el soñado ascenso del Sporting a Primera. Villa lo hizo por Quini (¡sigue luchando, maestro!), por la gente que nunca le perdió la fe en el Bar Carly, por esos locos bajitos de cuello alto y mirada afilada que han desterrado para siempre los complejos de esa Roja que ya no nos sonroja...

El profeta. El amigo Manu Carreño profetizó en Cuatro, con errata incluida, lo que iba a suceder cuando llegó el minuto 90. "Ojo, que el otro día Suecia quedó eliminada en el descuento". Relaño corrigió: "Quieres decir Suiza". Daba igual. El error anticipaba una realidad. El eurogol de Villa posiblemente destierre a los suecos de los cruces y dejó claro que los nórdicos sólo viven de ese genio llamado Ibrahimovic, bosnio-croata-sueco que juega de espaldas a la portería como si tuviese un retrovisor detrás de cada oreja. Su gol a lo Van Nistelrooy se nos clavó como un punzón de hielo, pero en el descanso se quedó en las duchas. Supuso un alivio como el que tuvo Heidi al reencontrarse con su abuelito en esas montañas que adornan el imperial Tivoli Stadion de Innsbruck...

Sin culés. Es curioso un dato. El triunfo se dibujó cuando la Selección se quedó sin los tres jugadores del Barça que tienen billete fijo en el once de Luis: Xavi, Puyol e Iniesta. Sólo es una casualidad (la lesión del central nos hizo mucho daño porque está en gran forma), pero demuestra que el fútbol es un estado de ánimo. Los valencianistas acabaron a lo grande la temporada y ahí tienen a Villa, Silva y Marchena hablando en voz alta. Albiol debe mejorar mucho para ganarse un hueco en ese grupo de aventajados...

Big Torres. Por fin mojó Torres. Y lo hizo en las bodas de oro de Luis, su cruel verdugo de la noche rusa. El Niño Cantor de Innsbruck clavó un gol de suela con el que ya nos ha deleitado a menudo este año en el Liverpool. Otro profeta ilustre, el gran Guasch, ya vaticinaba ayer en AS que marcaría a pase de Silva. Eso sí, la hinchada sueca, que yo respeto, es fiel a sus costumbres y apuntó a otros héroes. Una pancarta rezaba: "Sweden loves España, la paella, la Liga... ¡Y Raúl!".

Senna español. Gracias a Senna por dejarte el alma por nuestro escudo. Con Sennas y Villas vamos camino del título...