Forlán apunta a Cañete

Acaba el curso futbolístico y se cruzan, en la puerta de salida del colegio liguero, dos equipos que han intercambiado papeles. Ambos, o por lo menos el equipo local, debieran unirse para hacer un pasillo de honor al gran Santi Cañizares. Pasa el tiempo, sí, y se extinguen los dragones que han dominado España y Europa, una estirpe de raza ganadora de la que va a quedar Baraja, Albelda, por unas horas, y ya veremos si Angulo. El portero, sin personalismos, es leyenda y a gente de esa categoría no se la despide todos los días.

El Valencia y el Atlético son, en realidad, dos clubes simétricos con trayectorias opuestas: presupuestos semejantes, alternativas históricas al dualismo y volcanes permanentes en erupción. Cuando se tiene tanta presión de una grada exigente, un simple matiz convierte el plomo en oro. El Atlético ha tenido, por encima incluso del factor Kun, la virtud de la cordura, sangre fría y templanza en García Pitarch y Gil Marín. El Valencia ha sido, por el contrario, un completo manual del caos y la histeria escrito por Soler. Y de ahí que hoy el equipo rojiblanco juegue para ser tercero y el Valencia se despida con la certeza de que Mestalla va a tirar de las orejas de todo el club.

Del partido poco hay que decir, excepto que va a ser, en el bando local, el de las despedidas. Villa, sobre todo, apunta a tener un adiós prematuro, si es que el club sigue en manos de quien está. Sería una gran pérdida porque el Guaje, por cierto, en tan nefasta temporada del equipo ha hecho mejores números que el gran Diego Forlán. El uruguayo, empero, ha surtido de madurez al Atlético y ha hecho mejor al fenómeno Agüero. Ojalá Aguirre deje que Mestalla, al menos, disfrute unos minutos del argentino. Tampoco está el mexicano ni su crédito futbolístico y popular como para excesivas frivolidades.

El Atleti no será tercero por el triunfo del Barça

El Barcelona se encargó de que el Atlético no se jugara nada hoy en Mestalla, ya que ganó al Murcia. Si el equipo de Frank Rijkaard no hubiera ganado el conjunto rojiblanco podría haber subido una plaza en la clasificación y haber entrado en el podio de la Liga, cosa que le hacía especial ilusión a los colchoneros. Por tanto, el encuentro de hoy entre el Atlético y el Valencia será intranscendente: ninguno se jugará nada. Si bien es cierto que el Valencia querrá dejar un buen sabor de boca a sus aficionados tras la amarga temporada que éstos han sufrido con la pesadilla del descenso planeando sobre sus cabezas.