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Copa de la UEFA | Final | Zenit 2 - Rangers 0

El Zenit entra en la historia

El conjunto ruso fue muy superior a su rival. Decepcionó el Rangers, que se pasó casi todo el choque agazapado en su campo. Denisov y Zyryanov anotaron los goles para el Zenit.

Actualizado a
<b>ALEGRÍA DESBORDADA.</b> Los rusos celebran el primer tanto, anotado por Denisov.
Reuters

El Zenit de San Petesburgo es desde esta noche uno de esos privilegiados en poder adornar su sala de trofeos con un título europeo. Y lo podrá hacer merecidamente y a lo grande, tras completar un gran torneo, eliminando a conjuntos con mucha historia, y tras ser claramente superior a su rival en su primera final. El Zenit, un equipo con muchos de los internacionales que jugarán contra España en la Eurocopa, ha demostrado que el fútbol ruso está creciendo en Europa (el CSKA de Moscú ganó en 2005), y entra se sitúa en el mapa futbolístico europeo con letras mayúsculas.

El día antes, Walter Smith, técnico escocés, afirmaba que el Zenit era el favorito. No hablaba por hablar. El equipo ruso fue siempre muy superior sobre el terreno de juego. De hecho unos y otros eran fieles representantes de dos estilos de juego. El Zenit, descarado, arriesgado, con la frescura de aquel que acaba de irrumpir en la escena europea por la puerta grande. El Rangers, por su parte, aguerrido, rudo, fiel al estilo británico más anquilosado, aquel que cada vez más se abandona en las islas.

El Zenit, para aquellos que pocas o ninguna oportunidad habían tenido de verlo en acción, dejó la imagen de equipo decidido, convencido de su superioridad. Comenzó el encuentro con la meta de Alexander, y siguió así durante casi todo el choque. Con un juego directo, vertical, abusando un tanto del centro pero sin olvidar las bandas, con un par o tres de 'desconocidos' que dejaban algunos detalles de su calidad. Un auténtico placer para los que están hartos de ver siempre a los mismos en las mismas finales.

Los hombres dirigidos por Advocaat no sólo demostraban un estilo ofensivo con el balón en los pies. Cuando era el Rangers el que debía jugar la pelota, la insuficiencia escocesa para sacar el balón era acrecentada por la terrible presión rusa, que comenzaba prácticamente con el portero rival, y era organizada y solidaria. Vamos, que el Rangers sólo era superior en la grada, donde ganaba de goleada.

Con estos mimbres no extraña que al final de la primera mitad la posesión fuera un 60% favorable al equipo ruso, y que el Rangers hubiera realizado tan sólo un disparo a puerta, y se fue desviado. Por juego el Zenit se estaba haciendo acreedor de la victoria y de la simpatía de la afición, pero le faltaban las ocasiones. Muy pocas de sus numerosas llegadas podían calificarse de realmente claras. Hay entraba en juego el punto fuerte del Rangers, su fortaleza defensiva, liderada por Cuéllar. Más que claro peligro, el juego ruso creaba un agobio constante, pero con eso no basta.

Llegaron los goles

No podía, o al menos no debía durar todo el encuentro la pájara del Rangers. Una cosa es tener un estilo y otra querer ganar un encuentro sin tirar a puerta. Hasta ese momento los mejores defensas del Zenit habían sido sus delanteros impidiendo la salida con criterio del balón, de modo que a la zaga rusa poco o nada se le había porobado. Eso cambió bien pronto.

Walter Smith debió 'dar permiso' a los suyos para pasar del medio campo, y sus pupilos demostraron que no eran tan malos como habían mostrado hasta entonces. A los diez minutos Darcheville tuvo la ocasión más clara del encuentro hasta ese momento, con un lanzamiento que desvió Malafeev y que se reprodujo en varios rechaces con peligro. El primer tiro a puerta del Rangers había puesto contra las cuerdas al rival, lo que debía servir para que la autoestima de los escoceses se recuperase.

Los aficionados fueron los principales beneficiados de la intensidad que le estaba poniendo el Rangers al encuentro, ya que este se animó notablemente y comenzó a parecerse a una final europea. El conjunto británico aprovechó el arreón que había pegado y siguió atacando casi por inercia, y entonces demostró el Zenit que también sabe jugar a la contra. Arshavin estuvo a punto de adelantar a los rusos, pero, tras regatear al guardameta, su disparo fue despejado bajo la línea.

El partido estaba definitivamente abierto, aunque poco a poco el Zenit iba recuperando el control del encuentro que había exhibido en la primera mitad. La fiesta se completaba con las dos aficiones, que hacían del City of Manchester un espectáculo digno de ver.

En el minuto 72 se terminó el jolgorio para una de las partes cuando Denisov, uno de los mejores del encuentro con sus movimientos entre líneas, adelantó al Zenit tras una buena jugada y asistencia de Arshavin. El resultado era justo a pesar de las ocasiones de última hora del Rangers, y pudo ser más amplio si Zyryanov no hubiera malogrado otra buena ocasión dentro del área tras recibir un pase también de Arshavin.

Smith reaccionó dando entrada a Novo y McCulloch, y abandonando el sistema de un solo punta. Poco resultado obtuvo. Ocasiones tuvo, sobre todo una de Novo a dos minutos del final en posición muy franca. En su empeño, el Rangers descuidó la retaguardia y los rusos mataron el encuentro a la contra, tras una jugada perfecta que finalizó Zyryanov a puerta vacía. No hubo tiempo para más, y el Zenit se proclamó merecidísimamente campeón de la UEFA.