Primera | Zaragoza
Diogo se rompe y estará seis meses de baja
Sufre rotura del cruzado de la rodilla derecha y pasará por el quirófano
Carlos Diogo va a despedir su particular "annus horribilis" con una pésima noticia. El futbolista uruguayo se sometió ayer a última hora de la tarde a una resonancia nuclear magnética que confirmó lo que ya se temía a media mañana: que sufre rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, una lesión gravísima, la misma que ha sufrido Cuartero en dos ocasiones, que le obligará a pasar por el quirófano y le tendrá de baja al menos seis meses.
La lesión es una de las más graves para un futbolista, aunque, afortunadamente, Diogo no tiene afectados ninguno de los dos meniscos, una circunstancia que valora de forma muy positiva el doctor Jesús Villanueva, jefe de los servicios médicos del Real Zaragoza: "La lesión es limpia. Dentro de la gravedad, Diogo ha tenido suerte. Los meniscos están bien y en seis meses podrá volver a jugar sin problemas".
El internacional uruguayo será intervenido quirúrgicamente la próxima semana, aunque todavía no está decidido ni el lugar ni el traumatólogo que realizará la intervención. Previsiblemente será el doctor Pedro Guillén, pero eso es algo que todavía debe decidir el propio Diogo de acuerdo con Jesús Villanueva.
Quiso seguir. Carlos Diogo se lesionó a veinte minutos del final del partido de Mestalla, cuando la rodilla derecha se le giró por completo al intentar apoyar tras un salto. El jugador quedó tendido en el suelo y luego fue explorado y atendido en la banda durante un par de minutos. Desde el principio se intuyó que la lesión podía ser muy grave, pero Diogo, pese a las continuas llamadas del doctor Villanueva, se empeñó en permanecer en el campo hasta el final debido a que Manolo Villanova ya había realizado las tres sustituciones reglamentarias y a la situación de extrema necesidad por la que pasa el Zaragoza.
Diogo vivió un verdadero calvario en los diez últimos minutos del partido, porque el dolor fue creciendo y al final ya no podía ni apoyar la pierna derecha ni mucho menos golpear el balón. El futbolista uruguayo abandonó Mestalla ayudado por Sergio Fernández y Luccin, después de que le hubieran felicitado muchos jugadores del Valencia por su gesto de querer permanecer en el campo.