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Primera | Trigésimoprimera jornada

Multifútbol

Empatar en Mallorca acabó siendo un buen resultado para el Madrid tras la derrota del Villarreal y el empate del Barcelona ante ese Getafe que no para de sorprendernos. Menos extraña resulta ya la locura de goles que vivió el Calderón, y también la que se cuece en el fondo de la tabla: ayer, el Zaragoza se metió en un buen lío.

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Laudrup

Emery: la pizarra no lo controla todo

La pizarra de Emery no bastó en el Calderón, donde el fútbol, tan habitualmente alejado de la lógica, toma algunas tardes la dimensión de lo paranormal. Del Almería conocíamos buen juego, pero le echábamos de menos más goles sin prefabricar. Ayer, con el Tourmalet del 2-0 en contra aún por subir, Melo nos enseñó un tanto tras cinco toques y Ortiz, un misil tierra-aire-escuadra que superó a Abbiati, empate insospechado para un equipo con un futbolista menos. Luego llegaría el 3-3, cocinado (esta vez sí) a balón parado, pero las manos de mantequita de Alves y otra expulsión, la de Juanito, acabaron por condenar a los andaluces. Sí, Emery: no todo se puede controlar en la pizarra.

Albiol, Marchena y el desconsuelo de Luis

Un quítame allá esos derechos televisivos volvió a dejar Multifútbol huérfano de las imágenes de un partido, y ya van varios esta temporada: esta vez le tocó al Murcia-Valencia. Los espectadores imparciales no nos perdimos demasiado, cuentan los que lo vivieron desde la grada. Entre estos últimos se encontraba la mano derecha de Aragonés, Jesús Paredes, cuyo informe llevará de regalo una aspirina para El Sabio. Porque hay que ver los dolores de cabeza que le debe de estar dando la defensa. En el gol de Iván Alonso, sus fijos Albiol y Marchena se olvidaron de marcar al ariete uruguayo. Eso, y el partidito de Pernía en el Calderón, o la expulsión de Sergio Ramos...

Sneijder ha vuelto

De Sneijder, de su pase largo, su toque fácil y su disparo casi perfecto, nos enamoramos en el amanecer de la Liga. El suyo fue un inicio estratosférico y provocó, salvando las distancias, sensaciones similares a las que vivimos con el primer Robinho de las pedaladas, el que asombró en Cádiz. Pero aquellos piropos debieron de adormilar al holandés, cuya estrella no se ha vuelto a encender hasta hace poco. Ante el Sevilla, Wesley participó en los tres goles madridistas, y en Son Moix nos volvió a recordar a aquel futbolista coherente de sus primeros encuentros como blanco. Pero ahora, bien escoltado por Gago y Guti, juega sin excesos ni filigranas, sin tiempo para gustarse a sí mismo. Que siga así, contribuyendo poco a poco, con golitos como el del sábado. Ya tendrá tiempo de convertirse en un jugador fundamental.

Luis Fabiano, entre Del Nido y Abramovich

Otro gol más de Luis Fabiano, el vigesimotercero en 22 partidos. El delantero que volvemos a conocer como O Fabuloso se ha quitado de un tajo los apodos que emanaron de los tiros al muñeco durante su primera temporada en el Sevilla: Uy Fabiano y Luis Fallamos. Ahora todos le respetan y muchos le codician, pero nadie acierta su precio porque no se conoce bien al vendedor. Producto mutante de esa ingeniería financiera que gobierna el fútbol, la propiedad futbolística de Luis la tienen repartida el Sevilla y MSI, una empresa asociada al muypoderoso Abramovich. Hace tres meses, Del Nido afirmó que su cláusula es de 60 millones. Días después el jugador corregía a su presidente: "Según mi contrato, cuesto sólo 11". Es la crónica de una polémica trivial, de las que sirven para alumbrar discusiones de taberna. Al final, el brasileño valdrá lo que diga la ley. Del Nido y Abramovich mediante.

El personaje: Laudrup

�Media Dinamarca se ha hecho del Getafe�, me comentó un periodista danés minutos después de que el equipo azulón (entonces, como ayer, color pistacho) sorprendiera al Bayern camino de las semifinales de la UEFA. Laudrup, al que muchos compatriotas consideran la personalidad más importante en la historia de su país, ha conseguido que millones de personas a miles de kilómetros estén pendientes del Sur de Madrid un jueves sí y un domingo también. Tuvo que ser el Camp Nou, que le nació al gran fútbol y comenzó a hacerle un hueco en la memoria de la Liga española, el lugar que redondeara la semana de su confirmación como técnico para grandes citas, grandes clubes tal vez. En tres días, Laudrup ha conquistado dos plazas de superprimera y lo ha hecho arrimándose: con un juego fresco y atrevido, con las hechuras que él exhibía cuando era futbolista en activo. No dispone el Getafe de un tiralíneas de su porte (quizá el más parecido sea Granero), pero su fútbol evoca la misma elegancia, digna de devoción. Quique, Schuster, Laudrup, Ángel Torres... Este Getafe no es flor de un día, se le queda corta la etiqueta de matagigantes. Y si no, que le pregunten a los daneses.