"Esta es nuestra historia"

Primera | Real Madrid

"Esta es nuestra historia"

Calderón cuida a las peñas y prueba de ello fue la iniciativa que dio ayer en Valdemoro sus primeros pasos. Acompañado por Teresa Mogín, presidenta de la Fundación, Calderón inauguró la exposición que llevará por toda España los trofeos que acreditan la grandeza del Madrid.

En el kilómetro 26 de la autovía de Andalucía crece feliz la villa de Valdemoro. Pueblo madrileño que hace diez años, cuando el Madrid ganó la Séptima, tenía 18.000 habitantes y que ahora tiene censados más de 60.000. Su peña madridista está presidida por Santiago Fernández, tipo audaz, trabajador infatigable y con alma pionera. Quizás por ello el Madrid, a través de José Bernabéu (alma máter de las casi 2.000 peñas blancas registradas), eligió Valdemoro para inaugurar una caravana itinerante que llevará por todos los rincones de España el patrimonio en oro, plata y bronce que hace de este club el 'Mejor del siglo XX'. Aconteció en un local del centro comercial El Restón, nombre engañoso porque los 200 curiosos que se acercaron al acto sólo querían sumar: "Roncero, la Liga no se escapa, ponlo bien clarito en el AS". Puesto queda.

29 trofeos.

Entre los trofeos elegidos para estrenar esta exposición que refleja la grandeza de este club, se encuentran las réplicas de la Champions, la Liga, la Copa (la última, ganada en 1993), la Intercontinental (la del Aguanís de Raúl), la Supercopa de Europa, la Copa de la UEFA (la ganada al Colonia en 1986), un Ramón de Carranza (1970), un Colombino (1996), un Trofeo Naranja (1990), un Trofeo Duward al equipo menos goleado (Liga de 1957), una Copa Mohammed V (1966), un Trofeo Bernabéu (2003), un Trofeo Ibérico (1988) o una Pirelli Cup, ganada al Inter en 1999.

Completan la exposición (que permanecerá en Valdemoro hasta el 6 de abril y se desplazará después a Santander) nueve carteles anunciadores de partidos tan históricos como el de la inauguración del Bernabéu ante Os Belenenses (1947) o el de las Bodas de Oro del Real Madrid en 1952.

Sin euforias.

Ramón Calderón llegó a esta parte del sur de Madrid hacia las siete de la tarde, recuperó la sonrisa borrada tras el 2-3 con el Valencia al ver a tanta gente entregada a la causa y consiguió convencer a todos con un discurso alejado de los arrebatos que tantos disgustos le han costado hasta la fecha: "Señores, pueden estar orgullosos de amar este escudo porque todos estos trofeos que se encuentran a mi espalda son la historia que acredita al Madrid como el mejor club del siglo veinte. ¡Hala Madrid!". A su lado asentía Antonio Ruiz, uno de esos héroes anónimos que ganó cuatro Copas de Europa (1957-60). Sin despeinarse...