Segunda B | Talavera
El club empieza a asumir el descenso a Tercera
Después de 14 temporadas consecutivas en 2ª B
El Talavera ha comenzado a asumir que la próxima temporada la jugará en Tercera división, una categoría que le resultará extraña a un equipo que ha militado ininterrumpidamente las últimas catorce temporadas en la división de bronce. Cuando quedan ocho jornadas para terminar la Liga, el Talavera está muy lejos de la salvación y tendría que ganar siete encuentros de los que le quedan por disputar.
El reto parece inasumible para un equipo que solamente ha conseguido cinco victorias y que ha perdido dieciséis encuentros y que ya agotó el cartucho del cambio de entrenador, que tampoco le sirvió para mejorar su situación.
Y es que la llegada de Pedro Morilla, que sustituyó a Santi Calvo, no ha repercutido en nada positivo para el equipo blanquiazul, que solamente ha sumado diez de los cincuenta y cuatro puntos en juego bajo su mandato. Morilla, sin experiencia en Segunda B, sólo había dirigido con anterioridad al Ciempozuelos en Tercera división.
El presidente del Talavera, Tino Muñoz, que con anterioridad a Calvo también había destituido a Paco Parreño y Miguel Ángel Iglesias, ha mantenido al técnico andaluz consciente de que un nuevo cambio ya llegaba demasiado tarde.
La última victoria del Talavera se remonta al 20 de enero, cuando venció en el campo del Cartagena, en lo que parecía interpretarse como una reacción aún a tiempo. Pero desde aquel día, el Talavera no ha vuelto a ganar, con un balance de tres empates y cinco derrotas que han terminado por condenarle a un descenso casi inevitable.
A pesar de disponer de jugadores contrastados como Sérvulo, Óscar Silva, Borja Lafuerza, Bayarri, Nacho Ramos o Raúl Caballero, máximo goleador del equipo con cinco tantos, pero que rescindió contrato a finales de enero, el Talavera no ha conseguido mantener el nivel de las últimas temporadas y ha caído en una estrepitosa crisis de juego de la que no ha sido capaz de levantar cabeza.
Al Talavera sólo le queda ahora intentar acabar la temporada con la máxima dignidad.