"El mayor éxito fue ganarle al mítico Madrid la final de Viena"

¿No me diga que no es un orgullo ser uno de los referentes de un club centenario como el Inter?

Claro que sí. Es un orgullo y un honor muy grande para mí.

¿No echa en falta los homenajes que aquí le hacen a jugadores como Di Stéfano o Gento?

No, porque aquí esas cosas no se estilan. Yo me alegro mucho por Alfredo y por Paco, pero seguro que ellos también se alegran de mis éxitos con el Inter... bueno, salvo la final de Viena del año 64.

¿Qué supuso para su Inter ganarle al Madrid esa final?

Fue el mayor éxito en la historia del Inter. El Madrid era un equipo mítico, el rey de la Copa de Europa. Hicimos el partido perfecto y les sorprendimos. Ese Madrid estaba cansado de ganar y nosotros teníamos hambre de victoria. Por eso les superamos.

¿Qué recuerdo tiene de Helenio Herrera? ¿Es verdad lo del catenaccio y el autobús o exageran?

Helenio Herrera era un adelantado a su tiempo. Hasta que llegó él los entrenadores no ejercían como tales en el sentido que les conocemos hoy. Eran más bien alineadores que decidían el once tras el partidillo de los jueves y cuya táctica era el 'salgan, jueguen y a ver qué pasa'. Con H.H. todo cambió. Introdujo la preparación física, la táctica... y el autobús cuando hacía falta. Helenio era un gran motivador. Sacaba el máximo de cada uno. Con él te creías mejor.

¿Con eso convirtieron al equipo en el Grande Inter?

Pues sí, con eso y con la clase de los jugadores del equipo. Ahí estaban los Jair, Mazzola, Facchetti, Corso... Ganamos dos Copas de Europa seguidas y en el 65 hicimos el triplete con Peiró. Fue fantástico.

¿No se mete usted mismo en la relación de estrellas?

No, porque tampoco voy a citar a todos. Yo sólo era uno más. El Inter era un bloque.

De eso nada, usted es el galáctico original. El primer futbolista español exportable. De usted a Fernando Torres, el último en emigrar. ¿Tiene nostalgia?

Claro, llevo media vida en Italia, en Milán. Pero no olvido que soy gallego de A Coruña y que el Depor fue mi primer equipo, el equipo de mi tierra y el que llevo en el alma. Eso está por encima de todo. Tengo el corazón a rayas: las del Depor, las del Barça y las del Inter, mis equipos. Pero el Deportivo fue como la primera novia.

A ver si Lendoiro se anima y le dan un homenaje como el del Madrid a Di Stéfano, porque veo que en el Inter no se animan...

Bueno, pisaré otra vez el campo con los veteranos del club y allí la gente nos dará un aplauso de corazón. Con eso me vale. En mis tiempos se jugaba más por el cariño del público que por el dinero, y eso es lo que aún me emociona. La gente aquí me quiere mucho, de verdad.

Un día le pregunté a Gento por el jugador que más se le parecía. ¿Sabe qué me dijo?

No.

Uno que llevaba el 11 a la espalda, iba de blanco y que ganó seis Copas de Europa y 12 Ligas, pero ahora mismo no me acuerdo del nombre...

Ah, pues a mí me pasa lo mismo: un gallego que se fue a jugar al fútbol a Italia y la lió.