Comenzaba Aguirre con las rotaciones. Si todo va bien las va a necesitar este año y no hay mejor ocasión que un rival semi-desconocido para empezar a utilizarlas. Lo más interesante estaba arriba, donde Mista acompañaría a Forlán, y Jurado tendría la misión de surtirles de balones y Luis García partiendo de la derecha pero con libertad de movimientos. Por último, Cléber y Maniche aportando creación y destrucción por igual. Esto sobre el papel.

Pero el comienzo del partido no fue tan sencillo. Los turcos comenzaron dejando las cosas bien claritas desde el principio, con un codazo de Durdu a Jurado nada más comenzar. Pero no sólo en acciones extradeportivas se prodigaron los visitantes. A los cinco minutos ya habían dado un susto importante. No habían venido a ver el estadio, desde luego.

El Atlético estaba sorprendido, como todos los que veíamos el encuentro. Es tanta la ilusión creada por este equipo que se espera desde un principio que domine, al menos en un encuentro como el de esta noche. Era cuestión de tiempo. Con el paso de los minutos, el Erciyesspor se fue diluyendo, y tampoco es que los de Aguirre apretaran mucho, simplemente no había mucho más de lo que ya habíamos visto. Llegó el turno del Atlético, que le sacó los colores a la defensa turca en diez minutos de inspiración.

Primero con el tanto de Mista (a pesar de ello ofreció muy poco en la primera mitad) que abría el marcador. El murciano aprovechó un rechace de Soysal a tiro de Jurado tras una gran jugada entre este y Cléber en la frontal. Instantes después, Forlán se interna en el área, deja sentado a su par pero se equivoca en el lanzamiento, que envía al cuerpo del portero cuando ya se cantaba el gol. Los minutos de oro del encuentro terminaron con el segundo tanto, obra, ahora sí de Forlán, y también a puerta vacía tras un rechace. El uruguayo sigue haciendo rentable su fichaje encuentro tras encuentro y confirmando lo que muchos pensamos, que es el mejor fichaje del verano en Primera. Aún así no hay que olvidar una cosa, en frente había un equipo que difícilmente sobreviviría en la Segunda española, y que sólo comenzó a fijar las marcas y achicar espacios atrás cuando la diferencia en el marcador era considerable.

El resto de la primera mitad, los locales se limitaron a mantener el control del esférico y buscar tímidamente el marco rival, pensando quizás en aquello de que la temporada es muy larga y hay que guardar algo para tiempos peores. Prueba de que toda energía será poca en un futuro es la lesión de Jurado, que fue sustituido por Simão en el minuto 22.

Aparece Luis García

La segunda parte, en cuanto a juego, fue una prolongación de la primera. Como si no hubieran pasado por vestuarios. Una cosa es bajar el ritmo y otra dejar que 45 minutos pasen descaradamente. Al cuarto de hora de la reanudación, se oyeron los primeros pitos coincidiendo con la primera ocasión en toda la segunda parte, para colmo a favor de los visitantes. A Aguirre le salió la vena valiente, esa misma que le ha faltado cuando era realmente necesaria, como en Murcia sin ir más lejos, y dio entrada a Agüero. Parecía más un cambio para calmar a la afición, que comenzaba a impacientarse, que algo que tuviera ya planeado.

En cualquier caso no varió gran cosa la entrada del 'Kun'. Las mejores ocasiones rojiblancas llegaron por la banda izquierda, donde Antonio López y Simão dieron profundidad al juego de su equipo. Luis García, de tiro ajustado, y Forlán, que cruza demasiado tras un buen pase del portugués, se encargaron de despertar de su letargo a quienes habían acudido al Calderón. Como en la primera parte, no se volvió a saber más del equipo turco salvo alguna escaramuza puntual (que , dicho sea de paso, dejaba atisbar lo endeble de la defensa rojiblanca. Realmente bajo su nivel, acorde con lo que es la actual Copa de la UEFA.

El Atlético volvió a entonarse con las ocasiones. Sin correr riesgos, que nunca se sabe, pero mirando siempre al marco rival llegaron los dos tantos que completaron la goleada, ambos obra del mismo hombre. Luis García ponía un broche de oro a un buen partido, primero tras un rechace (otra vez) y en posición dudosa, y casi al final con la zurda tras un pase de Maniche.

Resultado más que suficiente para dejar sentenciada la eliminatoria, pero que dejó insatisfecho a más de uno en la grada. Al final para algunos pesó más la imagen dada en algunos tramos del encuentro que el resultado final, quizás porque enfrente no había un rival de entidad.