Milito empaña la noche maravillosa de Susaeta

Tenían más necesidad, pero deberán apañarse con un empate, con un punto que sumar al que ya poseían en sus casilleros. Athletic y Zaragoza lucharon para ganar y dar así un salto en la clasificación, pero otro día será. Anoche ninguno fue tan superior al otro como para hacerse acreedor al triunfo, y sin embargo San Mamés despidió con ovación a los suyos, acaso porque a falta de un botín más suculento vio a un conjunto con empaque y posibles como para dar muchísima guerra a esa colección de estrellas que le han reunido a Víctor Fernández.

Y quizás también porque en la retina del espectador quedó la formidable oportunidad de que gozó Etxeberria, a pase de Susaeta, en tiempo añadido. Entre Ayala y César dejaron en córner lo que se cantó a coro como gol. Fue el último coletazo de un encuentro donde se batieron el cobre todos los protagonistas, en buena medida porque unos exigieron el máximo a los otros y viceversa. Resultó un espectáculo agradable, tenso y no exento de episodios de relieve en un número suficiente para mantener en vilo a todo el mundo.

Enseguida tuvo el Athletic el partido donde quería. Llorente avisó en un despiste de la zaga subsanado por la rapidez de César en la salida, y con el Zaragoza aún sin desperezarse, Susaeta incrementó su formidable balance personal en Primera: segundo partido, segundo gol. Dos pasitos y rosca por encima de la barrera que cogió al portero haciendo la estatua.

No tan parado, pero un pelín lento estuvo el Athletic en la primera llegada visitante, que Milito culminó con maestría. Tablas de nuevo en un inicio vistoso que auguraba una noche de emociones. La iniciativa era rojiblanca, con gran presencia de Iraola y Susaeta, muy superior a la de Aimar, lo que cual siempre es un dato, si el argentino no interviene...

La cosa se fue calentando mientras descendía la cuota de balón en las áreas porque el tuteo fue muy en serio. Los de Caparrós están aleccionados a este respecto y el Zaragoza, por supuesto, tampoco se dejó avasallar, faltaría más.

El triunfo estuvo caro, aunque el reto resultaba atrayente, como certificaron en un notable encuentro los dos equipos.

Orbaiz-Luccin: dos estrenos estelares en el centro de campo

Joaquín Caparrós y Víctor Fernández decidieron entregar las batutas a Pablo Orbaiz y Peter Luccin, ambos debutantes en el el presente campeonato de Liga. El rojiblanco regresaba después de un paréntesis de nueve meses provocado por una grave lesión en una rodilla, mientras que el galo se había incorporado a última hora a la disciplina aragonesa procedente del Atlético de Madrid, después de que diversos rumores le situaran en el fútbol inglés. Víctor le quiso ver un poco antes de darle galones. Ambos cumplieron con nota, si bien Luccin dedicó buena parte de su esfuerzo a la contención. Al tener una línea de medios más numerosa, la creación fue tarea que repartió con Matuzalem, Aimar y Gabi. Orbaiz, por su parte, tuvo en Javi Martínez un chico para todo que le liberó de tareas ingratas con su ya habitual despliegue físico. En cualquiier caso, la jerarquía de esta pareja resultó evidente, siendo las referencias más fiables para sus compañeros en una noche de mucho trabajo.

El detalle: Etxebe no lo celebra bien

Joseba Etxeberria jugó unos minutos y alcanzó así la cifra redonda de 400 partidos de Liga, una meta prohibitiva para la gran mayoría. El capitán no pudo celebrar semejante logro a su gusto, pues tuvo en su bota derecha el gol que hubiese significado la victoria y se durmió.