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Supercopa de España | Sevilla 1 - Real Madrid 0

¡Qué majete Burrull!

El primer asalto de la Supercopa dejó todo en el aire, a la espera de la vuelta en el Bernabéu el próximo domingo. El árbitro fue decisivo al medir con doble rasero a los dos equipos. Hubo penaltis en las dos áreas, pero sólo castigó uno...

Actualizado a
Sergio Ramos durante el partido.

Ya empezamos.

Aunque nos fuéramos diez meses de vacaciones, hay algo que no cambiará nunca: la fobia de los árbitros de Villar hacia el campeón de Liga. Pérez Burrull concedió a Realmadrid.com una entrevista horas antes del partido, en la que hablaba del estreno de los intercomunicadores y dejaba una frase que ya me permitía olerme la tostada: "Podemos mejorar la tecnología, pero hay algo que me cabrea. La gente seguirá hablando de nosotros, de ayudas, manos negras y cosas de esas...". Vamos, que se estaba curando en salud con total desahogo. Y así pasó. Contactillo de Ramos con Duda dentro del área, el pinganillo que echa fuego y Burrull se lanza como un poseso a señalar el punto de penalti. Casi se le escapa una sonrisa de gozo. En el tramo final le cacé de nuevo. Derribo de Dragutinovic a Saviola (un mercancías contra un alfiler) y el cántabro que mira para otro lado. Y en el descuento, Alves utiliza su brazo para derribar a Robinho. Y Burrull, erre que erre, con su pinganillo mágico y su conciencia tranquila por el deber cumplido. Villar, cómo molas. Tú nunca cambias...

Cuarta derrota.

Pero expolios arbitrales aparte, hay que exigirle al Madrid que salga ya de la madriguera. Schuster debe reunirse con los capitanes del vestuario y dejar clara una cosa: el espíritu del Juntos Podemos no puede seguir de vacaciones. Cuarta derrota en siete partidos. Nunca mais. A Bernardo también hay que pedirle que muera con sus ideas. A las que renunció con el once de salida, en el que resucitó ese doble pivote que tantas úlceras provocó el año pasado. Ver a Soldado, Baptista y Saviola en el banquillo chirriaba mucho a todos aquellos que aplaudimos su llegada para acabar con el conservadurismo del Capellato. Schuster, sé tú. No te cortes y haz que los rivales vuelvan a asustarse sólo con ver la alineación del Madrid en la pizarra. La que tenía tu equipo de la Quinta del Buitre, donde jugabais seis tíos al ataque. Por cierto, a los enterradores les diría que no olviden que anoche faltaban Higuaín (¡grande Pipita!) y la Naranja Mecánica que se avecina con Van Nistelrooy, Drenthe, Robben y Sneijder. Holanda al poder. Que no cunda el pánico. Un Madrid lento y al 30% cayó 1-0 y de penalti ante un Sevilla que jugó por momentos a la velocidad de ese tifón Pabuk que ha tenido al Barça aterrorizado en un hotel de Hong Kong.

Media indignas.

Hay dos cosas que jamás permitirá un madridista de bien. Que se tire el Bernabéu para hacer un estadio nuevo en Valdebebas (never, never, never) y que algún iluminado del marketing estético haya aceptado que el club más grande de todos los tiempos mancille su sagrada historia con unas medias a rayas que dejaron sin identidad al equipo desde que saltó al campo. Sólo Gago, que debía pensar que seguía en el Boca Juniors con esa vestimenta de mercadillo, no debió sentirse ofendido. A quien corresponda: nunca más esas medias herejes e irrespetuosas hacia una afición que nunca tolerará la pérdida de valores. Se puede perder un partido, pero nunca la dignidad. Escudo, camiseta y medias, intocables.

Remontada.

Lo tengo muy claro. El 19 de agosto el Bernabéu reventará y el Madrid rescatará su orgullo para levantar ese 1-0 que no debe asustar a nadie. El próximo domingo debutará Drenthe y volverá Van Nistelrooy. Cuando regrese el casi Bota de Oro, todo cambiará. Palop, porterazo, prepárate...