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Primera | Real Madrid

El PSV dejó a la Quinta sin su Copa de Europa

El PSV siempre estará en la mente de los madridistas en general y de la Quinta del Buitre en particular. El 20 de abril del 88 los de Eindhoven dejaron al Madrid a las puertas de la final de la Copa de Europa. Michel, Butragueño, Sanchis y Martín Vázquez se quedaron sin su soñado título.

<b>GOL DE ORO.</b> Linskens sorprendió a Buyo con un disparo en semi fallo a pesar de la oposición de Camacho.

Tras su aplastante dominio en la Liga, la Quinta del Buitre afrontó la temporada 1987-88 con un objetivo prioritario: ganar la séptima Copa de Europa. Su trayectoria en el campeonato fue ejemplar y heroica. Superó al Nápoles a pesar de jugar a puerta cerrada en el Bernabéu, doblegó después al Oporto teniendo que hacer de local en el Luis Casanova por una sanción y, a continuación, tumbó a su bestia negra: el Bayern. Sólo quedaba un paso para disputar la ansiada final, pero el PSV de Hiddink se cruzó en el camino.

En la ida, disputada en el Bernabéu, Linskens logró igualar el tanto de penalti de Hugo Sánchez. Ese día el Madrid ofreció una imagen desangelada ante el orden táctico de los holandeses, con Ronald Koeman a los mandos. Todo quedaba en el aire para la vuelta. Dos semanas después, los de Beenhakker saltaron al Philips Stadium seguros de sus posibilidades ante un rival replegado. Las oportunidades se sucedieron, pero Van Breukelen fue un muro. Sin embargo, en la segunda mitad el PSV ofreció su mejor cara. Fruto de ello, Lerby envió un balón a la madera. La eliminatoria se complicaba.

Los nervios, el desgaste físico y la ansiedad se mezclaron al mismo tiempo que los minutos se esfumaban. Butragueño de cabeza y Hugo Sánchez de chilena rozaron el gol, pero éste nunca llegó. El árbitro Galler no descontó ni un segundo, a pesar de las continuas pérdidas de tiempo locales. Michel le empujó y fue sancionado por la UEFA. Un signo de impotencia que resumió el fin de una maravillosa era como la de la Quinta, que desde aquel día ya no levantó cabeza.