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Primera | Nàstic

El ascenso de Jerez, un año más tarde

Chapín fue el escenario escogido por el Nàstic para materializar su regreso a la Primera División tras 56 años sin fútbol de elite en Tarragona. La aventura no llegó a durar un año, pero ahora el objetivo es volver a la Liga de los Ases cuanto antes y consolidar al Nàstic.

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<b>LA GRAN ALEGRÍA. </b>Los jugadores del Nàstic celebran sobre Chapín el ascenso a Primera el pasado 3 de junio de 2006.

Ayer se cumplió un año del acontecimiento más grande de la historia reciente de Tarragona. Porque el 3 de junio de 2006, el Nàstic consumó su ascenso a la Primera División tras 56 años de ausencia. Fue en Jerez, en un campo llamado Chapín, pero también conocido como el estadio de los ascensos: allí, antes del Nàstic, consolidaron su subida Levante, Celta y Cádiz.

Era la jornada 40 y al Nàstic le hacía falta un solo punto para dejar atrás la Segunda División. Y lo consiguió sin demasiados apuros. Merece la pena recordar el equipo del ascenso: Rubén Pérez; Manel Ruz, Jesús Mari Serrano, David García, Cristian Lupidio; Abel Buades, Carlos Merino; David Cuéllar, Jon Pérez, Bolo, Antonio Pinilla; Diego Torres. Pero el Nàstic 2005-06 tuvo otros protagonistas que, por unas cosas u otras, no salieron en ese equipo inicial. Hablamos de Álvaro Iglesias, Alfonso Vera, Luis Miguel Carrión, Lluís Codina, Diego Reyes, Razak Ekpoki, Ismael Irurzun, Egoitz Jaio, Miguel Ángel Llera, Manolo Martínez, Marco Antonio Ortega, Miguel y Álex Pérez, Ángel Morales, Nano, Óscar Álvarez, Iván Romero y Juanjo Valencia. Ese partido ante el Xerez, además, deparó una curiosidad: Luis César no pudo vivir desde el banquillo el ansiado ascenso, pues estaba sancionado. Lo vivió con intensidad desde la grada: una de las imágenes de aquel día son las lágrimas del gallego sentado en la tribuna de Chapín. Kiko Ramírez fue el encargado de transmitir las órdenes de Luis César a los jugadores.

A pesar de la enorme distancia que separa Tarragona de Jerez, algo más de 200 aficionados no quisieron perderse tal magno acontecimiento. Las calles jerezanas, antes y después del partido, fueron un ir y venir de aficionados grana. En Tarragona, cerca de 2.000 personas se reunieron en la Plaça de la Font para ver el partido en directo a través de una pantalla gigante. Dicen que la noche más larga del año es la de San Juan, pero los que vivieron la noche jerezana el día del ascenso podrían afirmar otra cosa. Al día siguiente, ya en Tarragona, gran fiesta. Primero, recibimiento masivo en el aeropuerto de El Prat y, posteriormente rúa de celebración por las calles de la ciudad y parlamentos desde el balcón del Ayuntamiento.

A partir de ahí empezó la planificación para la nueva temporada en Primera División que no estuvo exenta de problemas. Primero, por las renovaciones de Luis César y José Sicart. Tras varios meses de tira y afloja, Josep Maria Andreu puso paz y ambos renovaron sus contratos. Con respecto a la plantilla del ascenso se han dado 18 bajas: Lupidio, Bolo, Torres, Codina, Reyes, Ekpoki, Jaio, Miguel y Álex Pérez y Nano se fueron al final de la temporada. Mientras se fraguaba el ascenso, Alfonso, Carrión, Romero y Valencia abandonaron la nave. Y ya en Primera, Buades, Manolo y Óscar Álvarez fueron traspasados. Llera se quedó sin ficha a mitad de temporada por su traspaso fallido al fútbol inglés.

Lo que debía ser una temporada para goce y disfrute de afición y plantilla se ha terminado convirtiendo en una pesadilla interminable. Todo empezó bien con una victoria en Montjuïc en la primera jornada de Liga (0-1 con el famoso 'Campanazo'), pero después se torció. Destitución de Luis César, dimisión de Andreu, salida por la puerta de atrás de símbolos como Buades, cambio de Consejo, llegada de Paco Flores y, el pasado domingo, regreso a la Segunda División.

El sueño de la Primera División no duró ni un año. Ahora, de la mano de un nuevo Consejo, se tratará de afrontar la nueva temporada en Segunda con un ojo puesto en la Liga de los Ases. El objetivo es regresar cuanto antes y consolidarse en Primera División.