NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Primera | Real Madrid - Athletic

Dos 'cornadas' de Mané silenciaron el Bernabéu

Previas a la Séptima y la Octava

Pedro Riesco: gol histórico.

José Manuel Esnal, Mané, llegó a la sala de prensa del Bernabéu con sus cuatro pelos alborotados por los eufóricos abrazos de sus chicos en ese vestuario que para ellos era como si tuviera grifos de oro. "Si con esta victoria metemos al Alavés en Europa, siempre recordaré que fue gracias a un triunfo histórico ante el más grande en su propia casa...". No era para menos. Su Glorioso acababa de derrotar al Madrid (6-5-2000), con un gol postrero de Azkoitia a un imberbe Casillas (0-1). Del Bosque había reservado a Raúl y Redondo para Múnich (esperaba el Bayern en semifinales de la Champions) y esa derrota dejaba al Madrid sexto (puestos UEFA) y al Alavés... ¡Tercero, a falta de dos jornadas para acabar la Liga!

Después llegarían el gol de Anelka a Kahn, la final de París y la Octava, que permitió al Madrid jugar la Copa de Europa. Y eso que Mané, como el cartero, siempre llama dos veces. Dos años antes, su Alavés se enfrentó en la primera ronda de la Copa al Madrid de Heynckes, perdido en la Liga y con los recién llegados Karembeu y Savio intentando reconducir la nave. En Vitoria, otra derrota (1-0). Y en el Bernabéu, siniestro total. Un gol de Pedro Riesco esterilizó los de Roberto Carlos y Suker. Eliminados, la Liga a la baja y la Champions como única tabla de salvación. Y así fue. Cinco meses después vimos el gol de Mijatovic, la Séptima y todo esa historia que ya se saben de memoria. Pero Mané puede presumir de haber silenciado el Bernabéu en dos ocasiones antes de la gran resurrección blanca...

La tarde de Floro. Como no hay dos sin tres, hay que rescatar de los libros de historia la estrepitosa caída del Madrid en Lleida (6-3-1994), con los gritos desesperados de Benito Floro en los vestuarios que dieron pie a su inmediata destitución. Mané entrenaba a aquel Lleida ejecutor... Por eso, el madridismo con memoria aguarda con recelo y respeto la vuelta de Mané al Bernabéu. ¿Y si hoy gana de nuevo y en mayo cae la Décima?